Anuario del Instituto de Historia Argentina, vol. 23, nº 2, e201, noviembre 2023 - abril 2024. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Historia Argentina y Americana

Reseñas

Reseña de Ramacciotti, K. (Ed.) (2023). Estudiar, cuidar y reclamar. La enfermería argentina durante la pandemia del COVID 19. Buenos Aires: Editorial Biblos, 432 páginas, ISBN 978-987-814-195-4

Leonardo Loto
Instituto de Enseñanza Superior Nº 1 "Alicia Moreau de Justo", Argentina
Cita recomendada: Loto, L. (2023). [Revisión del libro Estudiar, cuidar y reclamar. La enfermería argentina durante la pandemia del COVID 19 por K. Ramacciotti (Ed.)]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 23(2), e201. https://doi.org/10.24215/2314257Xe201

Datar y problematizar la emergencia de la pandemia de COVID 19 en la Argentina es la tarea que encara Karina Ramacciotti, compiladora de Estudiar, cuidar y reclamar. La enfermería argentina durante la pandemia del COVID 19. Con mirada federal, este libro (que contó con la colaboración de profesionales de la salud y de todas las disciplinas científicas y, además, con la participación de instituciones, como la Universidad Nacional de Quilmes, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el CONICET) condensa, en tiempo real, las vivencias de sus protagonistas. Es un exhaustivo trabajo que liga entrevistas, testimonios y estadísticas, pero, sobre todo, trayectorias de vidas que atravesaron momentos dramáticos. El libro está compuesto por 20 artículos que reflejan los desafíos y las duras realidades del sector de la enfermería durante la pandemia de coronavirus en el extenso y variado territorio argentino.

En los diferentes capítulos se narra cómo las provincias argentinas atravesaron cuestiones tales como la poca capacidad sanitaria, la falta de insumos y el escaso personal de salud. A esta situación se le sumó el casi nulo conocimiento del virus que generó el miedo al contagio. La acciones del gobierno nacional fueron rápidas y a tono con las sugerencias de los organismos internacionales de salud y las recomendaciones de la comunidad científica. Esta celeridad en la toma de medidas políticas permitió ampliar y acondicionar el sistema de salud para enfrentar el aumento de casos.

Si bien en los primeros meses, la sociedad reconoció al personal de salud (con las famosas jornadas nocturnas de aplausos), en los momentos posteriores comenzaron a notarse sentimientos de agotamiento, miedo y angustia, además de implosiones estigmatizantes (alguien que trabaje en un hospital y que pueda contagiar a otras personas). En este sentido, Adrián Cammarota, Karina Faccia, Marcelo Barrera y Juan Librandi, señalan en su capítulo “El silencio no es salud: tensiones entre la vida pública y privada en el Área Metropolitana de Buenos Aires”: “Las entrevistadas señalan que el miedo generalizado al contagio forjó cambios en los rituales más sencillos de la vida cotidiana como compartir una merienda, un desayuno o no visitar a los familiares catalogados como grupo de riesgo o la forma de trabajar con las y los pacientes. Señalaron que el primer año de la pandemia fue el periodo en el que el miedo caló más hondo en el personal de salud, en pacientes y en familiares. En ese momento la información era escasa, causando un fuerte impacto emocional que repercutía en sus relaciones familiares donde los protocolos eran menos estrictos (…)”.

La urgencia con la que se empezó a enrolar mayor cantidad de profesionales de la salud para atender los crecientes casos, chocó de bruces con problemáticas previas a la aparición del COVID 19, yendo desde el atraso en la emisión de títulos habilitantes, pasando por el bajo salario y finalizando en el pluriempleo (entremezclado con la informalidad de las contrataciones y las condiciones precarias laborales).

A estos asuntos se debe agregar que la enfermería es una profesión feminizada y que, históricamente, se tendió a situar a las mujeres como las “personas ideales” para ejercer dicha profesión dado que, por su género, portarían supuestas características innatas de dulzura y cariño. Si anexamos a estas cuestiones las largas jornadas de trabajos, las distancias que debían recorrer para llegar a los sitios de trabajo (hospitales, sanatorios, salitas, etc.) y las ocupaciones personales y familiares, las enfermeras fueron las más perjudicadas en el proceso, visibilizándose incluso las lastimaduras que dejaban en el rostro los barbijos y las gafas especiales. La ilustración escogida para la tapa del libro refleja con dramatismo esta situación y es una invitación para comprender la dura realidad de las historias narradas en los sucesivos capítulos.

Uno de los grandes aportes de este trabajo es la ponderación, con ánimo federal, a la hora de analizar el impacto del COVID 19. En sí, referenciar las vivencias y las experiencias de los sectores sociales involucrados durante el desarrollo de la epidemia en las provincias.

Cada lugar tuvo sus propias dinámicas y reacciones, existiendo diferentes actuaciones de los gobiernos locales, las instituciones educativas y otros espacios, como sindicatos o la prensa. Para empezar, no llegó el coronavirus al mismo tiempo en todos los lugares (el Área Metropolitana de Buenos Aires fue de donde irradió), aunque las autoridades nacionales dictaron las medidas del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en todo el territorio. Las reacciones ante estas medidas fueron diversas, existiendo manifestaciones locales que traccionaron la conflictividad social. En Tucumán, la llegada del virus llevó a la revalorización de la Escuela de Enfermería de la universidad provincial a través de la movilización del personal de salud con el acompañamiento de la comunidad tal como señalan María Estela Fernández y Marisa Rosales en “Dejamos de ser invisibles”. En un movimiento análogo, en la Provincia de La Pampa, las problemáticas del personal de salud confluyeron en el reclamo por la sindicalización. De esta forma, nació el Movimiento de Enfermería Pampeano en noviembre de 2021 como demuestran María José Billorou y Lía Norverto en “Al fragor de la pandemia: trabajo, formación y reclamos en La Pampa”.

En la frontera chaco-correntina, ambas administraciones provinciales se disputaron el mismo personal sanitario, dado que los profesionales trabajaban en ambos lados del Río Paraná. Los prejuicios (muchas veces, fogoneados por algunos medios de comunicación) alcanzaron incluso a los más cercanos, como fue mencionado por María del Mar Solís Carnicer y Anabella Barreto Oliva en “Chaco exportó la maldita enfermedad a Corrientes: la enfermería en el nordeste”: “La situación se complicó aún más cuando las miradas de sospecha se trasladaron a las y los integrantes de la propia familia. Esto se evidenció más en quienes estaban en pareja, tenían hijos o convivían con alguien. Por ejemplo, Pedro, enfermero de una clínica privada de Resistencia que comparte la casa con sus hermanos y su mamá, expresó que estos le remarcaban que ‘si nos contagiamos, va a ser por vos’”.

En algunas provincias, como en Jujuy (cuya posición fronteriza con Bolivia fue sensible cuando en esta nación subieron los casos), el sistema de salud atravesó situaciones críticas, cuya capacidad fue puesta al límite. Además, como en varias provincias del norte argentino, el coronavirus convivió con otras enfermedades, como el dengue o el chikungunya. El COVID 19 introdujo un nuevo problema que no era percibido con total dimensión entonces, y que hasta hoy vemos sus consecuencias: la salud mental y la contención emocional. Esto emana de un testimonio recogido por Marcelo Jerez y Carla Reyna en “Nuevos conflictos ante históricas demandas en Jujuy y Catamarca”. “(…) En Jujuy, Sol, una joven enfermera técnica que tuvo que acompañar en terapia intensiva a pacientes críticos de COVID-19, se tomaba un tiempo para hablar con ellos y les daba ánimos, sintiendo que esa mínima comunicación ‘les daba un poco de calma’ en aquel contexto de enfermedad y aislamiento que padecían. Para nuestra entrevistada, fueron todas estas experiencias vividas durante los meses más difíciles de la pandemia cuando debería valorarse mucho más la labor de este personal de salud: ‘Ahí te das cuenta de que enfermería no es solamente darle la medicación, o ayudarlo o acompañarlo en su almuerzo, darle higiene y confort, sino que tiene un valor emocional y de entrega’”.

Con el correr de los meses, el paso de las distintas olas de contagio, el mayor conocimiento de la enfermedad y la llegada de las primeras vacunas del exterior (desde diciembre de 2020 con la llegada de la vacuna Sputnik proveniente de la Federación Rusa), el personal de salud tuvo la sensación que la salida de la pandemia era más próxima y se alivió la angustia.

De consulta obligatoria, Estudiar, cuidar y reclamar... tiene una riqueza innegable, dada su interdisciplinariedad, y su capacidad para vincular la Historia con el futuro. Quien lea estas páginas podrá encontrar herramientas para profundizar en el rol de los Estados, las cuestiones socio-sanitarias y las manifestaciones del personal de salud en un contexto tan especial como trágico: una pandemia.

Recepción: 04 Mayo 2023

Aprobación: 12 Agosto 2023

Publicación: 01 Noviembre 2023

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