Anuario del Instituto de Historia Argentina, vol. 21, nº 2, e154, Noviembre 2021 - Abril 2022. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Historia Argentina y Americana

Reseñas

Reseña al libro de Garazi Débora (2020). El revés de las vacaciones. Hotelería, trabajo y género. Mar del Plata Segunda mitad del Siglo XX. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, p. 387.

Ailin Basilio Fabris

Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género/ Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Cita recomendada: Basilio Fabris, A. (2021). [Revisión del libro El revés de las vacaciones. Hotelería, trabajo y género. Mar del Plata Segunda mitad del Siglo XX por D. Garazi]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 21(2), e154. https://doi.org/10.24215/2314257Xe154

Al interior de la provincia de Buenos Aires, la ciudad de Mar del Plata se erige como estandarte en el rubro hotelero; como centro vacacional para las familias de sectores medios y trabajadores; y como postal del ocio estival. Este diagrama social y urbano cobra un nuevo sentido y mayor visibilidad al momento de sopesarla e interrogarla desde una lente histórica preocupada por indagar la contracara del descanso, del ocio y del esparcimiento familiar. Así, ¿cómo y quiénes permitieron sostener en el tiempo una economía ligada mayoritariamente al esparcimiento vacacional?

El libro El revés de las vacaciones. Hotelería, trabajo y género propone desandar estas consideraciones que anidan en el imaginario cultural local y atender la contracara del circuito vacacional que la funda por medio de un exhaustivo análisis del trabajo denominado de “servicios”. En este sentido, Débora Garazi examina el trabajo hotelero en Mar del Plata durante el apogeo de la actividad -la temporada de verano- tomando como período de estudio los años que van desde la década del cincuenta hasta los ochenta, con el objeto de conocer y describir qué significó, cómo se estructuró y cómo se experimentó el trabajo en los hoteles de la costa argentina.

Derivado de una premiada tesis doctoral a nivel internacional en 2019, el libro resulta un aporte sustancial a los estudios sobre el trabajo desde un enfoque histórico enmarcado en la perspectiva feminista y de género al centrarse en la experiencia del trabajo hotelero y las representaciones de quienes lo realizaron. Asimismo, se interroga sobre el “género(s) del trabajo” y los “trabajos del género” como núcleos analíticos desde los cuales plantear una indagación relacional entre varones y mujeres al tiempo que reconstruir los vasos comunicantes que entrelazan a los hoteles como actividades y espacios de reproducción social de la vida cotidiana.

Por lo tanto, ¿cómo se conecta la esfera doméstica con el espacio del trabajo hotelero? ¿Cómo irriga y se entrecruzan el mundo doméstico, el género y los servicios en escenarios históricos signados por la estacionalidad, la migración interna y el esparcimiento? Estos interrogantes orientan las reflexiones desplegadas por la autora a la hora de reconstruir, comprender e indagar las voces, las experiencias y las relaciones de trabajo en la órbita de los servicios, en especial las denominadas de alojamiento y gastronómicas, durante su expansión a mitad del siglo pasado.

Este proceso, que se enuncia como pregunta de investigación, concede el acceso al aspecto diferencial que revistió el trabajo asalariado en los hoteles, donde el saber hacer y el saber actitudinal ostentaron un rol preponderante en el ingreso y la permanencia en los hoteles. El espacio y el tiempo son variables cardinales para comprender las lógicas del trabajo, las escalas de valoración, la organización, los saberes y las disposiciones en función de la condición de género. Si bien esa disposición abonó a la sedimentación de una división sexual del trabajo, la discontinuidad entre lo doméstico y el mundo del trabajo conllevó una transformación en el género de éste.

En una intersección entre la historiografía del trabajo y los trabajadores con el campo de los estudios de género y la teoría feminista, el análisis del trabajo de servicios personales, como la cocina, la conserjería, la recepción y el mantenimiento de las habitaciones, comienza a ser visibilizado. En efecto, El revés de las vacaciones se adentra en la intimidad de los hoteles y resquebraja los límites entre lo público y lo privado al enfocarse en las interacciones cotidianas, los conocimientos y los comportamientos requeridos y las jerarquías que instituyen a los trabajadores.

Con estos objetivos, el libro presenta una rigurosa investigación sobre la heterogénea y dinámica estructura del sector de servicios en los hoteles, poniendo de relieve al trabajo como una categoría a la vez que una experiencia que constituye y atraviesa la vida de los sujetos de manera diferencial de acuerdo a los géneros y a las labores realizadas. De esta manera, en el curso del proceso histórico y social del trabajo se producen y se despliegan construcciones identitarias sobre qué es el trabajo y qué significa percibirse o no como trabajador.

En contraposición a una historiografía del trabajo sostenida en una visión de cariz económico o dispuesto a reponer sus contornos sindicales, de militancia y de protesta, la apuesta del libro de Garazi es abonar la consideración de la esfera pública del trabajo remunerado como una dinámica no deslindada del ámbito doméstico. Esta mirada busca complejizar las continuidades, los límites y las lógicas que operaron en el nexo de la domesticidad y la remuneración, preguntándose qué rol detentaron las dimensiones de género tanto en la estructuración del trabajo hotelero como en la agencia de los protagonistas de esta reconstrucción histórica.

En este sentido, la autora se pregunta qué sentidos supuso el encuentro, la superposición, entre el mundo de lo doméstico, el trabajo asalariado y el género cuando eran los varones quienes realizaban tareas connotadas como femeninas, así como también la configuración de un conjunto de representaciones sociales sobre lo masculino y lo femenino enraizadas en una división sexual del trabajo. El corolario de este proceso fue el desarrollo de una segregación ocupacional y magras posibilidad de movilidad social ascendente para las mujeres dentro de la escala de puestos en los hoteles.

En los “mundos del trabajo”, las diferentes maneras de organizar, vivenciar y regular el trabajo lo invisten de una impronta dinámica y cambiante cuya complejidad histórica fue gestada de manera disímil por quienes lo protagonizaron. En consecuencia, una contribución sustantiva de la investigación reseñada es la de tensionar los preceptos en torno a la masculinidad y la feminidad que impregnan al trabajo de servicios y la de advertir el tránsito entre la remuneración y el trabajo impago.

Para alcanzar los objetivos propuestos, la investigación apeló a un conjunto disímil de registros que evocaron los ideales, los requisitos, los condicionamientos y los marcos para colocar al trabajo hotelero dentro de una experiencia social y cultural más amplia. En este sentido, la autora reconstruye un extenso período a partir de manuales, censos, convenios colectivos de trabajo, revistas, entrevistas orales y sentencias judiciales de tribunales de trabajo.

El libro se encuentra organizado en seis capítulos, cuya estructura podría dividirse en dos partes en virtud de los problemas que aborda. La primera, se concentra en el devenir del trabajo hotelero en Mar del Plata atendiendo los ejes de la remuneración y la cotidianeidad al interior de los hoteles durante la época estival. La segunda, desglosa las experiencias del trabajo en las distintas áreas de estudio, desde la conserjería, pasando por la atención y el mantenimiento de las alcobas, hasta el despliegue en los espacios de la gastronomía y el salón comedor.

El primer capítulo tiene por objetivo ubicar el crecimiento de la hotelería en Mar del Plata dentro de un proceso histórico, de índole urbana y laboral, más extenso. La estacionalidad incidió en los modos de organizar y regular el trabajo, permeando la vida de las familias, de los diferentes alojamientos y de quienes participaban en él.

En este sentido, al reconstruir las condiciones bajo las cuales se desplegó el trabajo en los hoteles, se elucidan los matices entre las expectativas normativas, el régimen legal y las modulaciones que los trabajadores realizaron a los mismos. Las particularidades que signaron al sector de servicios, el trabajo hotelero y el crecimiento urbano de Mar de Plata a mediados del siglo XX, propician una lectura del pasado no lineal y una comprensión de la noción y la experiencia del trabajo como realidades contingentes y escenarios situados.

El capítulo dos, en cambio, focaliza en el debate sobre la remuneración y procesos tendentes a la definición y la obtención del salario. La porosidad en los límites entre lo doméstico y las labores de servicios al interior de los hoteles operó como criterio organizador en las estrategias de retribución y reconocimiento de aquellas como trabajo formal.

De esta manera, los debates por el régimen salarial procuran dilucidar las visiones androcéntricas del trabajo, el presupuesto del trabajo formal como actividad estable, y las desigualdades de género entre varones y mujeres. La autora demuestra que el tardío establecimiento de una reglamentación legal no subvirtió otros canales de remuneración.

En línea con lo expuesto, el capítulo tercero consiste en un abordaje hacia la “intimidad” de los hoteles, articulando sus tiempos y sus temporalidades con la implicación continua de los trabajadores en una trama social y emocional más amplia. Frente a las investiduras estacionales, el registro del tiempo y la vivencia del espacio resultan dos aristas analíticas para comprender la interdependencia entre trabajo y cotidianidad.

En consecuencia, la investigación analiza las exigencias y las modalidades bajo las cuales los trabajadores se relacionaron con los clientes y percibieron su labor. En favor de una satisfacción de necesidades y la cobertura de tareas inaplazables, los manuales de hotelería aconsejaban a sus empleados el desarrollo de un repertorio de destrezas y consideraciones que respondiesen a visiones y a cualidades serviciales, afables y discretas. La cercanía continua y la presencia constante de los trabajadores y las trabajadoras dentro de los hoteles transformaba los vínculos con los clientes, horadando las prerrogativas propias del trabajo de servicio.

El cuarto capítulo se aproxima a las labores de conserjería y recepción, sectores de notable visibilidad y exposición de trabajadores varones, y a la constitución de su masculinización. Dentro del organigrama de los hoteles, el área bajo estudio acentúa la presencia de los varones a razón de su asociación con el trabajo productivo, visibilizado, y diferente al trabajo doméstico, realizado por las mujeres.

La centralidad en la atención y la recepción de huéspedes y clientes radicó en la imagen y la reputación de los hoteles que los trabajadores debían desplegar y sostener en el tiempo. De esta manera, la adquisición de saberes, comportamientos y destrezas confluyeron en un repertorio de acciones y nociones que dispusieron al trabajador como parámetro y protagonista de la calidad de los servicios brindados.

En cambio, el capítulo quinto, Pisos y habitaciones, un sector “feminizado”, se detiene en aquellas tareas concebidas y realizadas por las mujeres sobre la base de un fundamento cultural que expresaba la “naturaleza” y el vínculo consustancial entre domesticidad y mujeres. En ese sentido, la órbita de la “limpieza”, englobó una serie de labores orientados a acondicionar y mantener acicaladas y prolijas las alcobas y los diferentes espacios dentro del hotel.

En ese marco, la autora plantea que la agencia activa de las mucamas, interpretadas a través de sentencias judiciales, testimonios orales y documentación sindical, arroja luz sobre las dicotomías, las tensiones y las estrategias desplegadas por ellas a la hora de surcar y negociar un trabajo enraizado en expectativas y habilidades emanadas del ámbito doméstico. En consecuencia, los preceptos que organizaban el trabajo de limpieza y mantenimiento se nutrían de representaciones, ideales y expectativas que circulaban fuera y dentro de los hoteles, coadyuvando a reforzarlas, pero también a resistirlas.

El último capítulo, Cocina y comedor. Trabajos femeninos, profesiones masculinas, se detiene en los espacios dedicados a la gastronomía y al salón comedor a fin de complejizar los argumentos explorados en los capítulos anteriores y las dinámicas de estructuración de las relaciones de género al interior de los hoteles. En efecto, el área dedicada a la preparación y el despliegue de la comida entrañó diferencias en el reconocimiento y la valorización de las destrezas y los saberes de varones y mujeres.

¿Qué sucedía cuando la cocina, la elaboración y la disposición de los alimentos, irrumpía en la esfera de lo público? ¿En qué medida la escala y el tamaño de los hoteles operaban sobre el quiebre y la continuidad con lo doméstico? ¿Cómo se distribuían y jerarquizaban los saberes adquiridos en la práctica frente a los teóricos? Lejos de proponer una explicación homogénea, la autora argumenta que la cocina y el salón comedor fueron espacios de interacción, exposición y valorización heterogénea ancladas en procesos de diferenciación social y jerarquización de destrezas.

Las conclusiones derivadas de esta exhaustiva investigación denotan las variaciones que signaron la percepción, los sentidos y las vivencias de quienes se abocaron a trabajar en el sector hotelero. Asimismo, el libro ilumina prácticas y formaciones sociales conexas al trabajo, como la emergencia de los derechos laborales, y el diálogo con un espectro más amplio de experiencias del trabajo en la zona portuaria.

El auge del turismo y el crecimiento en las ofertas de servicios hoteleros permearon los distintos modos de articular la experiencia del trabajo en Mar del Plata sobre la segunda mitad del siglo XX. No obstante, el estudio en cuestión la presenta como una práctica activa, sin descuidar su inscripción dentro de una sociedad salarial y capitalista, que contribuyó a delinear el propio perfil de la ciudad y a evocar un imaginario social y cultural vacacional en torno a ésta. Entre el esplendor y el ocaso, el sector hotelero atravesó períodos de marcada estabilidad que convergieron con ciclos de crecimiento de la mano de obra y el aumento de una mayor circulación del dinero y del consumo.

Los hoteles representados y estudiados en el marco del libro recrean unidades y relaciones interpersonales que excedieron las fronteras del trabajo para convertirse en espacios de familiaridad y cotidianeidad. La sociabilidad y el intercambio interpersonal entre trabajadores y clientes, entre conserjes, recepcionistas, mucamas y cocineros, constituyen dimensiones fundamentales para la comprensión de las relaciones de trabajo y la incidencia de un repertorio de concepciones y sentidos en torno a lo masculino y lo femenino.

En síntesis, El revés de las vacaciones es un sugerente libro acerca de los andamios económicos y sociales del trabajo en contextos de ampliación en el acceso al turismo. También, de las investiduras y las indexaciones del mundo doméstico en el devenir de lo público. Finalmente, no deja de ser un notable aporte a los circuitos silenciosos, a las experiencias anodinas, a los sujetos anónimos, que bascularon el divertimento y el esparcimiento familiar mediante el emplazamiento de diferentes hoteles y alojamientos.

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