Anuario del Instituto de Historia Argentina, nº 14, 2014. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Historia Argentina y Americana

RESEÑA/REVIEW

 

Caimari Lila, Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en BuenosAires, 1920-1945, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2012, 256 págs.

Julia Bacchiega

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Osvaldo Barreneche y Ángela Oyhandy (compiladores): Leyes, justicias e instituciones de seguridad en la provincia de Buenos Aires (siglos XIX al XXI). FaHCE, Universidad Nacional de La Plata, 2012.  

Sabrina Castronuovo

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Natalia Melanesio:Cuando los trabajadores salieron de compras. Nuevos consumidores, publicidad y cambio cultural durante el primer peronismo, Buenos Aires, Siglo XXI Editories, 2013.

Mariela Rubinzal

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Ernesto Olmedo: Los militares y el desarrollo social. La frontera sur de Córdoba (1869-1885).Buenos Aires, Aspha Ediciones, 2014

Agustín Antonow

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Barreneche, Osvaldo (Dir.) Historia de la provincia de Buenos Aires. Del primer peronismo a la crisis de 2001.Buenos Aires, Edhasa, 2014.

Florencia Castells

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Caimari Lila, Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920-1945, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2012, 256 págs.

 

Julia Bacchiega

Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de La Educación, Argentina
juliabacchiega@hotmail.com

 

Cita sugerida: Bacchiega J. (2014) [Revisión del libro Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920- 1945 por Lila Caimari]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, (14). Recuperado a partir de: http://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAn14a12

 

Esta obra se enmarca dentro de la colección Historia y Cultura dirigida por Luis Alberto Romero y está dedicada al grupo crimen y sociedad. La misma presenta una continuidad con las investigaciones previas de la autora sobre la cuestión criminal en Argentina, retomando argumentos publicados en Apenas un delincuente. Crimen, castigo y cultura en la Argentina, 1880-1955 (2004), La ley de los profanos. Delito, justicia y cultura en Buenos Aires, 1880-1940(2008) y La ciudad y el crimen. Delito y vida cotidiana en Buenos Aires, 1880-1940 (2009).

En Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920-1945, Caimari aborda la cuestión del orden en la ciudad de Buenos Aires durante el período de entre guerras.

A partir de la propuesta de un análisis socio cultural, el libro indaga sobre los vertiginosos cambios sociales y tecnológicos que trajo aparejado el proceso de modernización que enfrentó la ciudad de Buenos Aires. Junto con la expansión demográfica causada por la inmigración masiva y el crecimiento urbano, se produjeron consecuentemente innovaciones en el ámbito delictivo presentando nuevos desafíos para los representantes del mantenimiento del orden.

En la introducción, la historiadora expone el trayecto que recorrió su investigación, originariamente orientada hacia otros temas. A partir del análisis de prensa escrita, advirtió sobre los cambios producidos en el tratamiento de los temas criminológicos entre las décadas de 1920 y 1930. La prensa de los años veinte centraba su interés en un enfoque biológico de los delincuentes mientras “Los ilustradores y periodistas de los años treinta, en cambio, se inspiran en el cine y la historieta de aventuras. Se desinteresan del pasado biológico de los sospechosos para concentrarse en los detalles de su performance, en sus autos, su ropa, su eficacia operativa.” (p.13). A partir de ello, la autora va a investigar las prácticas criminales y sus cambios a través del tiempo, buscando “hacer una historia del crimen […] Pero también, una historia desde el crimen”. (p.14)

La indagación sobre el actuar de los pistoleros, como delincuentes modernos con novedosas formas cinematográficas de transgresión del orden, la condujo como contraparte al análisis de la policía, particularmente de la figura del policía, su misión y funciones en tanto custodio del orden y su relación con la ciudad como agente multigestor de la circulación y garante de la gobernabilidad, entendido en términos foucaultianos.

Caimari plantea reflexionar sobre las prácticas y las representaciones de la época y analizar las relaciones que ellas producen. Ante el avance del pistolerismo hay una respuesta de la policía y su investigación se centra en la relación de la policía con la ciudad. La delimitación espacial se configura en la ciudad de Buenos Aires pero también integra el Gran Buenos Aires como espacio de desorden.

El libro está compuesto por seis ensayos unidos por una lógica argumental que también permiten su lectura independiente.

En el capítulo Pistoleros Caimari analiza el nuevo tipo de crimen surgido a mediados de la década de1920 a partir de la modernización tecnológica que produjo cambios cualitativos en las prácticas del delito desafiando el orden establecido. La irrupción masiva del automóvil que pasa de ser un objeto de lujo a un bien de consumo accesible, transforma el espacio público urbano y la construcción de carreteras es funcional a los nuevos delincuentes que cuentan con la posibilidad de un escape rápido inclusive a plena luz de día cambiando los tiempos del delito. Caimari advierte sobre el tratamiento dado a estas nuevas conductas delictivas por las publicaciones gráficas de la época, presentando la performance y la figura del pistolero como producto de influencias foráneas, sobre todo cinematográficas.

En el segundo capítulo, la autora centra su análisis en la transformación de los Lenguajes del delito utilizados por los medios masivos de comunicación comparando las crónicas delictivas del siglo XIX con las de los años veinte. Mientras que en las crónicas decimonónicas, siguiendo los modelos ingleses y franceses, se narraban grandes casos procurando dar cuenta de las causas de la criminalidad, investigando el pasado de cada sospechoso y preguntándose los motivos del delito, hacia 1930, siguiendo el modelo norteamericano, la crónica del delito incorpora la figura del delincuente armado pretendiendo comprender cómo delinque.

Aquí la autora, describe el surgimiento de nuevos periódicos populares en los años treinta que incluyen imágenes de las historias del delito, algunos de ellos incorporan historietas destinadas a relatar los tramos de la acción que escapan a los fotógrafos y cómo comienza en Buenos Aires la configuración de un público masivo consumidor de novelas detectivescas y policiales, sumado a la influencia de Hollywood. En este sentido, vincula al nuevo criminal con los gánster de las películas estadounidenses remarcando que en los nuevos lenguajes del espectáculo se vuelve visible la figura del pistolero.

A continuación se trata el tema de los secuestros que, si bien no son un fenómeno nuevo, comienzan a ser visibilizados por el periodismo, tomando cada vez mayor importancia la opinión pública y la presión social para modificar las leyes penales.

El capítulo tres titulado La ciudad y el orden y los siguientes, se centran en el estudio de lo cotidiano y del espacio público de Buenos Aires. Más allá de los grandes cambios políticos y económicos, la vida cotidiana de la ciudad presenta una continuidad entre los años veinte y treinta: una sociedad que se expande hacia los barrios y suburbios. Ante este crecimiento, la necesidad de controlar el orden, se manifestó con el golpe de Estado de 1930 en el aumento de la represión por parte de la Policía de la Capital, que creó la Sección Especial para eliminar el comunismo, sancionó una lista de edictos contravencionales e introdujo la figura del arresto pre delictivo.

En este contexto la autora explica que ante la demanda social y el desfasaje entre la tecnología utilizada por los criminales y por la policía, se realizó la Gran Colecta por la Seguridad Pública para reunir fondos para armar a la policía. A la colecta para conseguir armas se sumó el petitorio por el aumento de plantel policial.

En el capítulo cuatro, Detectar el desorden, se analizan los problemas que surgieron al momento de impulsar la profesionalización de la policía, al involucrar reformas de la costumbre y de los hábitos, y se trata el tema de la modernización de esta fuerza que en los años treinta, incorpora una amplia flota de patrulleros, motos y camiones, adoptando la pistola Colt como arma reglamentaria, adquiriendo ametralladoras y gases lacrimógenos. Por otra parte, se analizan las nuevas comunicaciones que se pondrán al servicio del orden: radio transmisión de boletines policiales, programas con semi ficciones de policía, magazines policiales. La radio concentrará el control del territorio urbano, será la unión entre la policía y el pueblo, centralizando el conocimiento a través de la Oficina de Broadcasting policial, que recibía y retransmitía los mensajes enviados por los patrulleros y coordinaba la acción demandada, alterando la histórica autonomía decisoria de los policías de la calle.

El capítulo cinco realiza un recorrido por Los lugares del desorden, centrando el análisis en los valores morales contrapuestos que se crean en el imaginario colectivo tomando como eje geográfico lo urbano-suburbano y la oposición de la ciudad, representante del orden, contra el Gran Buenos Aires, asociado con el desorden y el delito. El llamado bajo fondo que encuentra allí su refugio, presenta problemas de orden moral que deben ser alejados de la ciudad. La territorialidad, amenazada constantemente por una frontera franqueable por visitantes indeseados demuestra que la policía de la Capital tiene el deber de intervenir en territorios provinciales. En respuesta a las nuevas prácticas del pistolerismo, sobre todo de los asaltos seguidos de fuga hacia otras provincias, en 1943 la Policía de la Capital pasa a transformarse en Policía Federal con jurisdicción en todo el país, prevaleciendo sobre las autoridades provinciales en la represión de ciertos delitos.

El capítulo final -que da nombre al libro- se interroga acerca de las potencialidades del accionar de la figura del policía a partir de su poder de coerción directo sobre los ciudadanos, pero también aborda los problemas con los que se enfrenta cotidianamente: burlas, desacato, hostilidad y hasta odio. Por otro parte se resalta que es en el período entre guerras donde se consolidan los lazos de pertenencia en torno a la figura de la “familia policial”, concepción construida a través de las revistas Magazine Policial y la Gaceta Policial tendiendo a construir una institución-familia atendiendo, mediante una fuerte red de sociabilidad, los reclamos, demandas e intereses de sus miembros. Otros de los temas trabajados son la policía e imaginación social, la masculinidad y las “culturas policiales”.

A partir de lo expresado previamente podemos concluir afirmando que Mientras la ciudad duerme es una importantísima contribución al estudio de la historia del crimen en la Argentina de principios del siglo XX. Es un trabajo histórico muy interesante, cuya lectura se encuentra enriquecida por la interdisciplinariedad de las fuentes utilizadas y por los numerosos recursos visuales (gráficos, mapas y fotografías).

Si bien no cuenta con una conclusión general, en cada uno de los capítulos, la autora logra su objetivo de trabajo, analizando los cambios y continuidades de las prácticas y representaciones, tanto de policías como de delincuentes y las formas de difusión de las prensa de los temas afines, dando a conocer el complejo entramado de relaciones, caracterizadas por el incipiente contexto de modernidad de principios del siglo XX que desafiaron el orden en la ciudad de Buenos Aires.

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Osvaldo Barreneche y Ángela Oyhandy (compiladores): Leyes, justicias e instituciones de seguridad en la provincia de Buenos Aires (siglos XIX al XXI). FaHCE, Universidad Nacional de La Plata, 2012, 356 pgs.

 

Sabrina Castronuovo

Centro de Historia Argentina y Americana. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata - CONICET, Argentina
s.castronuovolp@gmail.com

 

Cita sugerida: Castronuovo S. (2015) [Reseña del libro Leyes, justicias e instituciones de seguridad en la provincia de Buenos Aires (siglos XIX al XXI), por O. Barreneche y Á. Oyhandy (comp.)]. Anuario del Instituto de Historia Argentina (14). Recuperado de http://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAn14a12.

 

Esta compilación constituye una fuerte apuesta a iluminar el terreno de la constitución y dinámica de la justicia en el territorio de la Provincia de Buenos Aires desde una mirada global y multidisciplinaria. Se trata de un planteo original ya que, si bien los temas tratados en este libro han sido anteriormente trabajados por los propios investigadores y por otros autores, en este caso se trata de proponer un análisis conjunto, poniendo en tensión las perspectivas y aportes sobre las leyes y sus instituciones realizados desde distintas disciplinas. En este sentido analítico, en el libro se debate y defiende la idea de que la conformación del Poder Judicial y de las instituciones de seguridad son elementos claves para la puesta en marcha de cualquier proyecto político de Nación.

Esta compilación es el fruto de un esfuerzo conjunto de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata en el marco del grupo de investigación Leyes, Justicias e Instituciones de Seguridad en Argentina y América Latina, dirigido por Osvaldo Barreneche y Ángela Oyhandy. Ambos compiladores cuentan con un extenso recorrido y formación en el campo de la justicia y de las instituciones de seguridad.

Con el objetivo de facilitar la comprensión total del lector, se encuentra dividido en tres secciones, dentro de las que se tratan en profundidad distintas temáticas: una primera parte, donde se abordan problemas propios de la constitución judicial; una segunda, en donde el eje central está puesto en la problematización de la institución policial en un contexto de historia reciente; y una tercera sección, donde las instituciones carcelarias y las experiencias de los sujetos que en ellas participan adoptan el papel central. Pese a esta división, encontramos a lo largo de la obra un constaste e implícito diálogo entre justicia y poder; ya sea desde una mirada histórica o sociológica, la construcción de poder en torno a las instituciones judiciales y carcelarias es un factor común que atraviesa los ensayos.

Los distintos artículos de la primera sección abarcan temas diversos, desde el vagabundaje, la constitución del poder judicial o la problemática del abuso sexual en el siglo XIX hasta las estrategias para erradicar al peronismo desde el ámbito de la justicia a mediados del siglo XX. Si bien los artículos se sitúan en temporalidades diferentes, los mismos conforman un corpus que encuentra un eje común: la justicia. Dentro de esta sección el lector encontrará nuevos e interesantes acercamientos al terreno criminológico y de las instituciones judiciales desde la nueva historia de la justicia. Desde este enfoque, Agustín Casagrande, María Angélica Corva, Betina Riva y Andrés Stagnaro profundizan en el aspecto social de la justicia, demostrando que el mismo es un condicionante fundamental de los objetivos de reforma o innovación judiciales. En otras palabras, los autores se ocupan de mostrar cómo diferentes actores sociales utilizan al crimen y a los ámbitos de justicia como espacios fértiles para la gestación y legitimación del poder. Vale resaltar también, que los cuatro artículos son producto de un exhaustivo análisis de fuentes judiciales, en algunos casos en diálogo con fuentes literarias y periodísticas, que pueden ser de gran utilidad para investigadores que pretendan ahondar en estas temáticas.

Habiendo anteriormente analizado y profundizado en problemáticas que poseen como centro a las leyes y la justicia, nos adentramos en una segunda sección que tiene por protagonistas al estudio de la seguridad y a la institución policial dentro de un marco temporal que se extiende desde mediados del siglo pasado hasta el presente. Los ensayos de Satiago Galar, Eliana Gubilei, María Eugenia Marengo, Gabriel Atilio Rivas y Agustina Ugolini, nos acercan entonces al terreno de la historia reciente, este conjunto de trabajos, desde una mirada socio-histórica, desplazan al lector hacia un terreno más empírico, donde el barrio y la cotidianeidad son los espacios elegidos para investigar. El accionar policial y sus relaciones con el Estado y con los distintos escenarios políticos son analizados desde distintos enfoque de la argentina contemporánea: el estudio de manifestaciones barriales contra la inseguridad, las intervenciones policiales en las situaciones delictivas locales, la conformación de foros vecinales, la puesta en marcha del aparato represivo con el fin de erradicar una ideología política, o la división de los cuadros de oficiales y suboficiales de la Policía. Partiendo de estos contextos particulares, los autores ponen bajo la lupa los distintos significados del concepto de seguridad que se elaboran en los imaginarios colectivos. Por último, estas investigaciones están cruzadas por otro actor que, como demuestran inteligentemente los autores, interviene desde un lugar más bien implícito: los medios de comunicación; es decir, el periodismo aparece en estos artículos como un factor central en la selección de los problemas públicos y en la construcción de los significados que localmente son generados acerca de la seguridad y de la Policía.

La tercera y última sección de esta compilación será de vital interés para los lectores que pretendan investigar sobre problemáticas referidas a las instituciones carcelarias. Iván Galvani, Matilde Silva Pelossi y Fabián Viegas Barriga dirigen su atención a distintos actores que se desempeñan en el espacio carcelario: el personal subalterno, los docentes, los encarcelados. Vale la pena resaltar el aporte que realizan los investigadores de esta sección al intentar recuperar las voces que interactúan en la cotidianeidad y en la dinámica de estas instituciones. En otras palabras, a través de este último conjunto de textos el lector llega imaginarse el escenario en que se mueven los diferentes sujetos que interactúan en las unidades penitenciarias; es decir, podemos comprender así problemáticas claves, como los obstáculos para la reinserción social de los liberados o las transmisiones culturales que operan entre la cárcel y el afuera. Siguiendo este hilo, es importante tener en cuenta que estos aportes y construcciones están atravesados también por la propia experiencia de los autores, ya que los mismos tienen un recorrido realizado como protagonistas y observadores de la institución que analizan.

Si bien esta compilación será de gran utilidad para muchos investigadores, quizá no represente una fructífera fuente secundaria para aquellos que dediquen su estudio a la primera mitad del siglo XIX. Al pasar las páginas del libro, los investigadores notarán la ausencia de análisis que comprendan dicho período. Si bien el libro no ha podido evadir un peligro propio de toda compilación que abarque una temporalidad muy extensa, sus compiladores han logrado una excelente organización temática y han evitado la superposición temática. Problemáticas similares son abordadas desde diferentes perspectivas analíticas y recortes temporales. En el mismo sentido, los textos son abordados por profesionales formados en distintas disciplinas, como la historia, la sociología y el derecho pero que tiene en común una perspectiva social y cultural de la historia y contemporaneidad del campo judicial.

No obstante la original selección de temas y enfoques abordados, la dinámica general de la compilación podría haberse enriquecido a través de debates o citas entre sus diferentes colaboradores; la utilización de estrategias de referencias internas entre los ensayos o secciones hubiera aportado aún una mayor claridad a la cohesión interna del libro. Más allá de esto, no puede dejar de mencionarse que este libro es un claro ejemplo de la interpretación de la historia a nivel global, ya que a través de los ensayos se pueden percibir dinámicas y sentidos que recorren la historia argentina. En otras palabras, esta compilación deja una idea clara acerca de una historia conjunta, que comienza con las primeras disposiciones y debates en torno a la constitución de la justicia moderna y sus instituciones y que, luego de un extenso recorrido, culmina con la experiencia del individuo contemporáneo que recobra su libertad tras experimentar un periodo de encarcelamiento dentro de los marcos establecidos por dichas instituciones.

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Natalia Milanesio, Cuando los trabajadores salieron de compras. Nuevos consumidores, publicidad y cambio cultural durante el primer peronismo, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014, 262 pgs.

 

Mariela Rubinzal

Universidad Nacional del Litoral, Argentina
mariela.rubinzal@gmail.com

 

Cita sugerida: Rubinzal, Mariela (2014) [Revisión del libro Cuando los trabajadores salieron de compras. Nuevos consumidores, publicidad y cambio cultural durante el primer peronismo, por N. Milanesio]. Anuario del Instituto de Historia Argentina (14). Recuperado de http://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAn14a08.

 

Cuando los trabajadores salieron de compras de Natalia Milanesio, recientemente editado en la colección historia y cultura de la Editorial Siglo XXI, es una historia del consumo en la Argentina durante el primer peronismo (1946-1955). En esta obra, publicada originalmente en inglés, se coloca al consumidor obrero en el centro de la transformación histórica que se produjo a mediados de siglo XX cuando la clase trabajadora se erigió como un actor político relevante y el Estado asumió un nuevo rol bajo el signo del peronismo. El trabajo de Milanesio no se limita al análisis de los objetos que consumía la clase trabajadora y la forma lo hacía, sino que cruza los límites del plano material para internarse en las dimensiones más escurridizas de lo simbólico tales como la incidencia de estas prácticas en la construcción de la identidad individual y colectiva. Para esto se sirve de un marco interdisciplinario que combina la antropología del consumo, los estudios culturales, de género y la historia oral. Con estas herramientas Milanesio se propone abordar un campo poco transitado por la extensa historiografía dedicada al peronismo, partiendo del sugerente concepto de "democratización del bienestar" que problematizan Juan Carlos Torre y Elisa Pastoriza en un excelente artículo publicado en el año 2002.1

El enfoque sobre el consumo que propone Milanesio presenta múltiples dimensiones ya que, según se expresa en la introducción, “el consumo es definido no sólo como un acto económico dirigido a satisfacer necesidades y deseos a través de la adquisición de mercancías, sino como una experiencia sociocultural subjetiva que individuos y grupos emplean para validar o crear identidades, expresarse a sí mismos, diferenciarse de otros y para establecer formas de pertenencia y estatus social.” (p. 12) Lejos de colocarse en las antípodas de la identidad política, al parecer el consumo de bienes materiales y culturales colaboró en la consolidación de un sentimiento de pertenencia de la clase obrera que se identificaba con el peronismo. ¿Podría decirse que -además de las prácticas políticas y sindicales de los trabajadores- consumir determinados electrodomésticos, viajar, ver espectáculos en el tiempo libre, leer en formatos particulares era una forma de ser obrero durante el peronismo. El argumento principal de la autora es que "los consumidores obreros fueron una fuerza social modernizadora" (p. 10) en cuanto su aparición transformó la cultura comercial, las relaciones sociales y las identidades colectivas, e inclusive el rol del Estado en materia de regulación del consumo

El libro se organiza en seis capítulos (más una introducción y una conclusión, ambas breves) los cuales podrían ser divididos en dos grupos: los primeros tres analizan aspectos "palpables" o visibles del consumo -rol del Estado, las nuevas entidades estatales y privadas, las campañas educativas, las publicidades gráficas, etc.- mientras que los últimos tres capítulos abordan la dimensión simbólica del consumo -las ansiedades, las inseguridades, el amor, las historias personales-.

En el primer capítulo se analiza la acción del Estado en materia de consumo, advirtiendo los cambios que se produjeron con el objetivo de defender a los "nuevos" consumidores tanto a nivel institucional como en lo que respecta al marco regulatorio. Por ejemplo, en 1948 el gobierno creó la Dirección Nacional de Vigilancia de Precios que fue un organismo destinado a atender las quejas y denuncias de los consumidores; también tenía la facultad de coordinar inspecciones a los comercios para verificar el cumplimiento de los precios máximos. Las innumerables arbitrariedades y abusos cometidos por los fabricantes de alimentos (en las etiquetas era común la falsificación de los componentes del producto, del lugar de origen, de la cantidad envasada) fue uno de los motivos de la creación de la Dirección Nacional de Alimentación -fundada por el ministro Ramón Carrillo en 1949- que contaba con una Policía Alimentaria para controlar las fábricas. Según la autora el nivel de intervención estatal nacional, provincial y municipal en la industria alimenticia durante el gobierno peronista no tenía precedentes. No obstante, en varias provincias existían códigos alimentarios sancionados antes de los años cuarenta con lo cual hay que considerar que el gobierno peronista se sirvió de los instrumentos existentes e intensificó las líneas ya esbozadas. Los cambios que se produjeron durante el peronismo en algunos casos fueron determinantes e impulsaron el rol del Estado como mediador entre productores y consumidores. "La regulación y el control de etiquetas, envases y publicidad en defensa de los intereses de los consumidores contribuyeron a transacciones comerciales cotidianas más justas y transparentes, que a su vez ampliaron la participación económica de los trabajadores." (p. 51)

La aparición de una masa de consumidores proveniente de la clase trabajadora fue posibilitada por una serie de factores: una política salarial inusitada (la participación obrera en la distribución del ingreso nacional alcanzó el 53% por primera vez en la historia de nuestro país); una política de precios fijos para los artículos de primera necesidad; el congelamiento de los alquileres que impactó notablemente en el presupuesto familiar (el monto destinado a este rubro representaba el 18% en 1943 y el 2,6% en 1957); la disponibilidad de crédito para el consumo de bienes durables; la extensión de los derechos laborales que incluía aguinaldo y vacaciones pagas. Todos estos elementos a su vez fueron acompañados de la expansión del comercio (entre 1946 y 1954 los negocios minoristas se duplicaron para poder satisfacer la demanda) y el crecimiento de la industria destinada al consumo interno. Entre unos y otros -quienes consumían en masa y quienes producían para satisfacerlos- se ubicaban los publicistas en tanto expertos de la comunicación comercial. Para el ministro de Industria y Comercio del gobierno peronista, la tarea del publicista iba más allá de lo puramente comercial ya que se encargaba "de la distribución democrática de información a todos los sectores sociales" con lo cual era una pieza indispensable para "la creación de una sociedad igualitaria". (p. 55) Justamente este es el tema del capítulo dos que analiza "el surgimiento del consumidor obrero como una nueva categoría social y cultural creada por agentes publicitarios que convirtieron a la clase trabajadora en objeto de estudio y blanco de campañas educativas." (p. 55)

Una de las preguntas que nos surge a partir del trabajo de Milanesio es ¿de dónde salieron los agentes especializados en publicidad? Si bien no es un problema abordado en profundidad, en el capítulo se brindan algunos datos sobre los orígenes de la profesionalización de la publicidad en nuestro país. En efecto, en los años veinte y treinta predominaron las empresas publicitarias extranjeras que tenían sucursales en el país y se encargaban de elaborar el material publicitario para el mercado local. No obstante, a principios de los años treinta ya existían organizaciones profesionales como la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad y la Asociación Argentina de la Propaganda lo cual es un índice de un cierto desarrollo de la profesión. Poco a poco fueron apareciendo otras asociaciones -tales como la Asociación de Agencias de Publicidad en la Vía Pública (1939), Asociación Promotores Publicitarios de la Argentina (1945), entre otras-, se desarrollaron empresas nacionales de publicidad y consultoras que empleaban a los expertos recibidos en la primera escuela de agentes de publicidad de la Argentina creada en 1942 (que no es analizada en este libro). En los años cuarenta proliferaron también las revistas especializadas dedicadas a los temas de la publicidad. Muchas de las campañas publicitarias se dirigieron a las mujeres que fueron consideradas "el agente más activo del nuevo mercado consumidor" (p. 70) ya que eran las responsables de realizar las compras para el hogar y para cada integrante de la familia. Más aún "los publicitarios se embarcaron en una cruzada pedagógica con el fin de educar a las nuevas consumidoras" y otro tanto hizo el gobierno peronista -a través de panfletos, manuales, programas de radio, afiches- con el objetivo de consolidarlas como consumidoras conscientes. (p. 72)

El capítulo tres está dedicado a analizar el contenido publicitario en tanto "producto cultural" que se nutrió de las pautas culturales de los consumidores a la vez que produjo un cierto impacto al instalar ciertas representaciones y reconfiguraciones sociales. Así, en palabras de la autora, "la publicidad argentina de mediados de siglo XX sancionó a la vez que subvirtió valores, y transformó el universo simbólico sin por ello dejar de acomodarse a las pautas culturales de la época." (p. 86) Algunos de los cambios más notables que presentaron las publicidades de esta época en relación con las décadas previas son: a) utilización de un lenguaje sencillo y coloquial que acercaba los productos a la gente de la calle; b) aparición de nuevos ejes temáticos como el nacionalismo, la durabilidad y la economía hogareña; c) la iconografía utilizó como protagonistas a varones trabajadores -obreros fabriles, portuarios, etc.- y a enfermeras que eran el ícono de las mujeres trabajadoras. En el caso de las mujeres la innovación en términos publicitarios estuvo dada por la utilización de mujeres trabajadoras reales (no eran estrellas de cine y radio que encarnaban mujeres de la aristocracia como sucedía anteriormente) para promocionar los productos. Sin embargo, a pesar de estas innovaciones, "las mujeres representadas en las publicidades continuaron mayoritariamente sujetas a expectativas de género tradicionales, ubicadas en el ámbito doméstico y desempeñando los roles de madre y ama de casa." (p. 101)

En el capítulo siguiente la autora focaliza las ansiedades propias de las clases media y alta que interpretaron la afluencia de migrantes internos como una "invasión" y las transformaciones de las ciudades -sobre todo de Buenos Aires- como un inquietante camino hacia la decadencia y el caos. Respecto a esta cuestión nos parece importante señalar que si bien es cierto que el peronismo colaboró en profundizar dichas ansiedades, éstas se configuraron claramente en los años treinta cuando las principales ciudades del país se modernizaron al ritmo del crecimiento de la industrialización por sustitución de importaciones. Así, podemos apuntar -como un ejemplo, entre otros- la producción de los escritores católicos y nacionalistas como Juan Carlos Moreno quien, temeroso por los cambios que se presentaban de forma inminente, produjo una serie de textos que daban cuenta de las sensaciones que embargaron a un importante sector de la sociedad en la década de 1930.2

El capítulo cuatro enfoca de manera novedosa algunos temas ya transitados por otros estudios pero desde el consumo entendido como un campo de conflicto "por la distribución y apropiación de objetos y espacios y de sus significados." (p. 122) Según Milanesio el sector más afectado con la transformación de las pautas de consumo de los trabajadores fue la clase media. En efecto, el argumento vincula el nuevo estándar de vida de los sectores trabajadores con la sensación de inseguridad de la clase media respecto el mantenimiento de una identidad social diferenciada. Así los espacios como las calles, los cines, las galerías y los centros vacacionales fueron un nuevo espacio de disputa. En palabras de la autora, "el consumidor obrero representó, para las clases medias y alta, la pérdida del monopolio sobre espacios, prácticas y bienes de consumo que tradicionalmente habían detentado y constituyó, además, un factor disruptivo de las identidades sociales que amenazaba con generar confusiones entre clases." (p. 157)

Los conflictos ligados al consumo no se daban únicamente en el espacio público sino también, de manera muy particular, en el espacio doméstico. El tema -desarrollado en el capítulo quinto- tiene distintas aristas como la creación de los estereotipos de género; las visiones contradictorias de los medios gráficos; las tensiones en el orden de los valores y las tradiciones familiares; entre otras. Para algunos sectores, las ansias de consumo eran especialmente preocupantes en lo referido a las mujeres jóvenes pertenecientes a la clase trabajadora. Entre otras cosas, las nuevas posibilidades de acceso a bienes y entretenimientos se contraponían a la modesta vida marital que suponía, llegado el momento, criar hijos. Así "el estereotipo de la mujer obrera de los años cuarenta y cincuenta desobedecía las normas sociales: no se sacrificaba por amor, recorría un camino alternativo para la gratificación personal y resistía la dependencia económica y la vida doméstica familiar (...) el estereotipo más común de la joven trabajadora de mediados de siglo era, por el contrario, una mujer materialista, egoísta y frívola." (p. 167) Si bien -como señala la autora- esta imagen tenía sus raíces en los personajes femeninos de las letras de tango, novelas y obras de teatro de principios del siglo XX, la diferencia radicaba en que estas mujeres presentadas como víctimas de hombres aprovechadores, ahora aparecían como mujeres decididas, inteligentes e, inclusive, manipuladoras. Milanesio argumenta que "la percepción de los conflictos asociados con el consumo cambió a mediados del siglo XX y la prensa comenzó a apuntar a las mujeres como las principales culpables de despilfarrar en vestidos, zapatos y cosméticos y de generar una fuente de tensión con sus cónyuges." (p. 181) En este punto otra vez señalamos que lejos de ser algo totalmente novedoso, las tensiones familiares por el supuesto consumo desmedido y superfluo de las mujeres jóvenes trabajadoras ya estaba presente en la prensa y las novelas de los años treinta. Por ejemplo, en 1938 el periódico nacionalista Crisol lamentaba que las “mujeres modernas” destinaran el dinero que ganaban en sus trabajos para “gastos de tocador” que tiene por fin “no tanto el embellecimiento como la erotización [sic] de la mujer.” Con lo cual creemos que el peronismo pudo haber hecho más evidente un proceso que se inició con el ingreso masivo de las mujeres al mercado de trabajo urbano.

El último capítulo es especialmente interesante en la medida en que explora las "memorias de consumo" construidas a partir de ciertos "guiones culturales" encargados de articular los recuerdos individuales y organizarlos con un sentido. Para este capítulo la autora trabajó con un corpus de entrevistas a trabajadores, varones y mujeres, residentes en las ciudades de Rosario y Buenos Aires. La memoria de los trabajadores puso en jaque dos versiones cristalizadas del consumo popular durante este período. Uno es el propio guión del gobierno peronista en tanto distribuidor de bienes y beneficios ya que los entrevistados, si bien coincidían que durante el peronismo alcanzaron un estándar de vida inédito, "se colocaron como los principales agentes en la conquista de un estándar de vida más confortable" (p. 205). Es decir, la mejora en el nivel de vida dependía de que los trabajadores supieran invertir adecuadamente los recursos; que pudieran ahorrar o administrar con prudencia sus excedentes; etc. El otro guión discutido por las "memorias de consumo" es el construido por las imágenes peronistas de la familia trabajadora en tanto reproducción estereotipada de la estética de clase media. "Muchas décadas más tarde, en contra de la propaganda oficial y de las versiones antiperonistas, los trabajadores entrevistados rechazaron la interpretación del consumo como una vía de ascenso social basada en la emulación (...) Para los entrevistados, aspirar a una vida mejor, no significó anhelar ser parte de la clase media, sino mejorar el estándar de vida obrero." (p. 215)

Por último, en el texto queda muy claro que la sociedad en su conjunto no participó de igual manera en todas estas transformaciones ni respaldó los cambios e iniciativas que se produjeron en el mundo del trabajo a raíz del ingreso masivo de sus integrantes al consumo. Como bien señala la autora algunos sectores se opusieron a estos cambios, por ejemplo, condenando las nuevas imágenes publicitarias que colmaron revistas, diarios y calles por considerarlas "inmorales, inapropiadas y desagradables" (p. 106). En el libro estos opositores son mencionados generalmente como "los críticos" y en algunos casos esta categoría está acompañada de alguna otra referencia (como "los sectores católicos").Sin embargo, en la mayoría de los capítulos nos encontramos con un conjunto variable de actores englobados bajo ese rótulo demasiado inespecífico. Si bien es cierto que muchas veces socialistas, nacionalistas, católicos y conservadores se opusieron a las consecuencias de la modernización y a las políticas peronistas, las diferencias ideológicas desde las cuales erigían sus discursos opositores son insoslayables. Otra cuestión que nos surgió a partir de la lectura es qué habrá sucedido en el interior del país, en las ciudades más pequeñas y menos modernizadas, donde las formas del consumo seguramente tenían otras características; donde las disputas por el espacio público eran diferentes y ser peronista no estaba asociado principalmente a la experiencia del trabajador urbano. Tal vez, otras futuras investigaciones -enfocadas en las pequeñas ciudades y pueblos del interior- puedan aportar nuevas claves de lectura para analizar el consumo bajo el peronismo. En definitiva, solo nos queda subrayar que Cuando los trabajadores salieron de compras es una lectura necesaria para quienes abordan el estudio del peronismo. No sólo por todos los aspectos novedosos que Milanesio introduce en el debate sobre el primer peronismo sino también por las preguntas y problemas que se abren a partir de su investigación.

Notas

1 Juan Carlos Torre y Elisa Pastoriza, “La democratización del bienestar” en Juan Carlos Torre, Los años peronistas (1943-1955), Nueva Historia Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2002.

2 Juan Carlos Moreno, Frente al mundo, Buenos Aires, Cabaut, 1933; Tiempos amargos, Buenos Aires, Cabaut, 1935; “Oveja descarriada”, Cuentos del campo y la ciudad, Buenos Aires, Editorial Patagonia, 1939; “Una obrera” en El potentado y el niño, Buenos Aires, 1943.

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Olmedo, Ernesto. Los militares y el desarrollo social. Frontera sur de Córdoba (1869-1885). Buenos Aires: Ashpa, 2014, pp. 236

 

Agustín Alejandro Antonow

Universidad Nacional de La Plata - CHAyA, Argentina
agustinantonow@hotmail.com

 

Cita sugerida: Antonow, A. (2014). [Revisión del libro Los militares y el desarrollo social. Frontera sur de Córdoba (1869-1885) por Olmedo, Ernesto]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, (14). http://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAn14a12

 

“Los militares y el desarrollo social. FRONTERA SUR DE CÓRDOBA (1869-1885)”, es un trabajo fruto de previas publicaciones del autor tales como “Los militares de la frontera. Fuertes, ejércitos y milicias en la frontera sur de Córdoba 1852-1869 (2009) y Arqueología de la Frontera. Los vestigios de una sociedad de las pampas argentinas (2013). Este último en colaboración con Ana Rocchietti y Flavio Ribero.

Ernesto Olmedo es Profesor para la Enseñanza Primaria, Profesor den Historia, Licenciado en Historia y Magíster en Desarrollo y Gestión Territorial.

En este trabajo, el autor se remite a los orígenes de la conformación territorial del sur de Córdoba. Los interrogantes formulados para el desarrollo del mismo se enmarcan dentro de las cuestiones vinculadas a cuáles fueron los móviles y consecuencias de la apropiación definitiva de las viejas tierras indígenas del sur de Córdoba por parte de los militares, lo que significó la “territorialización” entendida desde la perspectiva de Olmedo como accionar militar en pos de la supresión de la frontera militar y los vínculos entre dichas acciones, la apropiación de tierras y la organización social hacia fines del siglo XIX. Es decir, la conversión de las viejas tierras indígenas en propiedad.

Olmedo estudia la frontera sur de la provincia de Córdoba a la luz de las acciones militares en el marco de formación y consolidación del estado Nacional partiendo de la premisa que establece una directa correlación entre Ejército y Estado en el último tercio del siglo XIX.

En este sentido, el Estado Nacional intervino en este territorio con el propósito de poner fin a los intereses regionales y el Ejército Nacional fue un factor de desarrollo clave en medio de conflictos civiles e internacionales y en la disputa interétnica por tierras.

Por su importancia, se destaca la necesidad en la investigación de formular un objetivo tendiente a establecer conexiones entre la situación internacional, nacional provincial y sus repercusiones en la región de frontera sur de Córdoba en la segunda mitad del siglo XIX. De este modo, este libro busca determinar cual fue el protagonismo del Ejército y su inserción en el plan de desarrollo territorial partiendo de la idea de que éste unía viejas y nuevas prácticas en el avance y configuración de la “frontera ganadera” enmarcada en el mercado internacional.

El libro esta basado en fuentes primarias consultadas en el Archivo General de Ejército Argentino, el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, el Archivo Histórico Municipal de Río Cuarto y el Servicio Histórico a demás de una bibliografía no demasiado actualizada.

La obra consta de 232 páginas y se divide en una introducción y cuatro capítulos. El primero de ellos, “La cuestión del desarrollo”; el segundo “Estado, militarización y mercado en la región”; “Espacio fronterizo. Los principios defensivo y ofensivo en la lógica territorial” el tercero; mientras que el cuarto capítulo se titula “El desarrollo en el Sur de Córdoba”. Finalmente, nuestro autor realiza a modo de síntesis unas “Palabras finales” las cuales se encuentran acompañadas por tres anexos y finalmente la bibliografía consultada así como también las fuentes primarias empleadas por el autor.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, las nociones de orden y progreso en el contexto de la expansión capitalista modificaron el concepto de territorialidad. Dicha expansión necesitaba bases que garantizaran su estabilidad y ellas fueron brindadas por el ejército. El proceso de configuración estatal demandaba la regularización de ciertos aspectos de la vida política y de los territorios en disputa con las comunidades originarias de cara a la configuración de un mercado que sentara las bases de desarrollo que ese Estado necesitaba. La nota destacable en este marco es el análisis de laga duración que el autor realiza sobre la utilización de viejas y nuevas prácticas para garantizar el avance de la frontera. Viejas tradiciones coloniales como lo fueron los fuertes y fortines convivieron con un ejército en vías de modernización, desarrollando ambas estructuras prácticas comunes de cara a incorporar nuevos dominios.

Olmedo propone la idea de un doble principio defensivo ofensivo sobre la frontera, de los cuales se impuso el segundo. Desde 1876, luego de la guerra del Paraguay, la frontera sur de Córdoba fue militarizada en términos ofensivos. De este modo, luego de la guerra de desgaste, lo que se aplicó fue la avanzada del ejército nacional que convivía con las viejas estructuras coloniales de los fuertes y fortines.

En el caso del sur de Córdoba, la cuestión de la tierra estuvo íntimamente ligada a la gestión militar sobre el territorio. Destaca Olmedo que este caso representa un modelo de expansión sin población, lo que permitió la concentración de las tierras en manos de escasos terratenientes luego de verse fracasados los intentos realizados en las colonias agrícolas militares ya que el ejército fue utilizado por la oligarquía para hacer crecer su patrimonio.

Según Olmedo fue la misma oligarquía quien llevó a cabo el proyecto de modernización, siguiendo una línea que se adecuaba perfectamente a los intereses de los terratenientes pampeanos así como también de la burguesía enmarcada en el capitalismo en ascenso. La estrategia de desarrollo, incluía a las viejas técnicas una transformación económica, territorial y social del espacio pampeano.

Durante el último cuarto de siglo, el espacio fronterizo suprimió su aspecto militar y la transformación del espacio generó grandes estancias destinadas a la producción ganadera.

El autor sostiene que se dio forma al Estado a partir de garantizar la propiedad en pocas manos. Esa garantía la brindó el mismo ejército y la población civil militarizada. Con el correr del tiempo se aplicaron proyectos de colonización y la frontera fue desmilitarizada. En este sentido, la transformación del espacio regional entre os años 1869 y 1885, permitió la conformación de grandes estancias destinadas a la producción ganadera. No obstante ello, si bien el ejército fue un factor de desarrollo territorial, las colonias militares fallaron porque eran periféricas y de escasa productividad, lo que motivó a los militares a venderlas en beneficio de los terratenientes que concentraron sus propiedades. Precisamente en este sentido es que la desmilitarización fue funcional al proyecto de desarrollo llevado a cabo en la región.

El sur cordobés fue motivo de una política de desarrollo territorial impulsado desde el ejército a partir del adelantamiento de la línea militar, mientras se ensayaban propuestas de colonización militar hasta la apropiación definitiva materializada en el paso del fuerte a la estancia.

El trabajo de Olmedo presenta al problema de la frontera y la consecuente territorialización como algo estrechamente vinculado al accionar militar. Sostiene que la resultante de este proceso responde a una multiplicidad de acciones y prácticas militares en las que se entrelazan viejas tácticas defensivas con otras ofensivas propias de un ejército en proceso de modernización, a lo que se agregan los intereses de la oligarquía terrateniente. En segundo término el autor hace referencia a la realización de tratados de paz como otra de las estrategias utilizadas por las autoridades estatales a fin de controlar la situación fronteriza. A nuestro entender, todas estas cuestiones abordadas, brindan a futuras investigaciones un marco detallado respecto de la configuración de la línea fronteriza entre 1869 y 1885 desde el análisis avance militar, pero un escaso desarrollo de las cuestiones vinculantes a las relaciones diplomáticas establecidas entre los diferentes actores de la frontera ya que nuestro autor centra su interés en la configuración de las estructuras territoriales que dieron forma a los dominios estatales de la región en cuestión, descuidando las formas diplomáticas que acompañaron ese proceso. En este sentido, si bien coincidimos con el autor en su explicación sobre el modo en que fracasaron las primitivas colonias militares y los mecanismo, mediante los cuales la oligarquía cordobesa logró configurar la territorialidad de sus dominios desde el ultimo cuarto del siglo XIX hasta nuestros días apoyándose en las estructuras estatales como elemento de dominación y garantía de dicha propiedad, consideramos que no atiende significativamente los aspectos vinculantes a la situación de las comunidades originarias de la frontera sur de Córdoba del período en cuestión.

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Reseña del quinto tomo de la Historia de la provincia de Buenos Aires

 

Florencia Claudia Castells

Universidad Nacional de La Plata, Argentina
florenciacastells@yahoo.com.ar

 

Cita sugerida: Castells, F. C. (2014). [Revisión del libro Historia de la provincia de Buenos Aires, tomo 5]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, (14). Recuperado a partir de:http://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAn14a12

 

Resumen
El presente tomo sobre la Historia de la provincia de Buenos Aires hace foco en las dimensiones sociales, políticas y económicas del interior de la provincia y de sus grandes ciudades. Se busca contribuir a la construcción de una historia nacional integral, teniendo en cuenta el punto de vista local. La obra permite trazar las directrices de la conformación del modelo de crecimiento basado en la inclusión socioeconómica, y la construcción del modelo que pretendió desmantelar los paradigmas del primero, teniendo en cuenta su posterior crisis. Asimismo, se relatan las múltiples tensiones entre el poder nacional y el provincial.

Palabras clave: Provincia de Buenos Aires; Interior; Dimensión local; Historia nacional; Nueva Historia.

 

Review of the fifth volume of the History of the Province of Buenos Aires

 

Summary
This volume on the history of the province of Buenos Aires it focuses on the social, political and economic dimensions of the interior of the province and its major cities. It seeks to contribute to building a comprehensive national history, taking into account the local perspective. The work allows you to draw guidelines shaping the growth model based on socio-economic inclusion, and building a model that sought to dismantle the paradigms of the first, taking into account subsequent crisis. Also, the multiple tensions between the national and provincial power are reported.

Keywords: Province of Buenos Aires; Interior; Local; National History, New History.

 

La Historia de la Provincia de Buenos Aires, en seis tomos dirigida por Juan Manuel Palacio, viene a llenar un vacío historiográfico. Esto es debido a que no se había vuelto a emprender un estudio integral de dicha Provincia, desde el clásico trabajo monumental de Ricardo Levene sobre la Historia de la Provincia de Buenos Aires y formación de sus pueblos de 1941, que constaba de dos volúmenes. En particular, el segundo volumen Formación de los pueblos de la provincia de Buenos Aires, constituía una reseña histórica sobre los orígenes y desarrollo de los 110 partidos de la Provincia y pueblos cabeza de partido. En la totalidad de la obra, convergían historiadores profesionales y estudiosos deseosos de preservar la memoria local, inaugurando una prolongada tradición (Devoto & Pagano 2009, 182). De esta manera, se abordaba lo local como una entidad homeostática o insular, o bien en consonancia directa con tiempo de la historia nacional.

En la actualidad, el abandono de ese tratamiento ha sido acompañado de una intensificación del trabajo de campo, impulsando el entramado conceptual que aborda la dimensión local. En ese sentido la provincia de Buenos Aires es una de las más favorecidas por su extensa red de nodos académicos. También los objetos de estudio y las perspectivas de estudio se han multiplicado, a través de una Nueva Historia.

El proyecto de Juan Manuel Palacio, se encuentra compuesto por seis volúmenes cronológico-temáticos, estudiando las dimensiones sociales, culturales, políticas y económicas desde los tiempos coloniales hasta el presente. El quinto volumen, dirigido por Osvaldo Barreneche, ubica su análisis el interior de dicha provincia y en sus grandes ciudades. El conurbano bonaerense, aunque presente en dicha obra, se encuentra específicamente entrevisto en el sexto volumen de la colección dirigido por Gabriel Kessler, coincidiendo con el período histórico del quinto volumen.

La obra en seis volúmenes, busca poner en cuestión la idea de que la provincia de Buenos Aires y la República Argentina integraban un proceso indisoluble, tanto en los intentos de consolidar un Estado-Nación, como en la unificación de la construcción histórica. De esta forma, la historia llamada tradicional se encargaba de enfocarse en “versiones porteño céntricas” desde el punto de vista del gobierno nacional “central” (Romero, 2011). En los últimos años, la historiografía se ha dedicado a desentrañar el devenir histórico de la Argentina desde el punto de vista provincial o regional, surgiendo como alternativa la historia vista desde “el interior”. Se busca construir una historia nacional integral, enfocando la mirada en la totalidad del país, como un desarrollo complejo y heterogéneo, adquiriendo una densidad de análisis sobre las dimensiones locales. De esta forma, se pretende entrever la tensión entre las especificidades de una región, sin abandonar las pretensiones de una gran historia (Ferrari & Quiroga 2011).

El volumen dirigido por Osvaldo Barreneche, realiza un recorrido histórico desde 1943, con la emergencia del primer peronismo, hasta la crisis del 2001. El recorte temporal es explicitado a modo de introducción por Aníbal Viguera y el mismo Barreneche. Ambos indican la pretensión de la obra de trazar las directrices de la conformación del modelo de crecimiento basado en la industria y en la inclusión socioeconómica, y la construcción del modelo que pretendió desmantelar los paradigmas del primero, teniendo en cuenta su posterior crisis. En ambas direcciones, de integración social y exclusión, se visualizan las múltiples tensiones entre el poder nacional y el provincial. Se muestran las diferentes aristas del peronismo, movimiento que ha tenido en la provincia de Buenos Aires uno de sus baluartes fundamentales como fuerza política. Asimismo, se relatan las características de lo que ha constituido un régimen político bipartidista, en donde el radicalismo, muchas veces ha tenido que optar por la “estrategia del segundo”.

El volumen se divide en dos partes: la primera desarrolla un estudio exhaustivo sobre las dimensiones socioculturales, económicas y políticas; la segunda parte refiere a temáticas específicas de la realidad bonaerense. A lo largo de la obra aparecen capítulos que realizan un ejercicio de visibilización de las distintas dimensiones en juego, y otros capítulos que, sin dejar de mostrar la realidad provincial, pretenden realizar un aporte historiográfico.

Las dimensiones sociodemográficas y culturales de los cambios en el conurbano y en el interior bonaerense son presentadas y analizadas en el capítulo de Eduardo José Míguez y María Estela Spinelli. Se analiza el detenimiento del crecimiento demográfico, el progreso de los niveles educativos y las necesidades de mayor calificación para el trabajo. Asimismo, se entrevé la transformación de las pautas culturales en la vida cotidiana, sobre todo a partir de la nueva fase de globalización iniciada a mediados de la década de 1980.

En íntima relación con dicho capítulo, Paola Gallo y Daniel Míguez hacen hincapié en las dimensiones culturales esas trasformaciones, en el interior de la provincia. En este sentido, las políticas desarrollistas de fines de la década de 1950 promovieron un aceleramiento de la urbanización, a partir de la cual las ciudades del interior absorbieron una masa poblacional. Así la estructura social terminaría por abandonar su carácter “tradicional”, para adquirir una matriz más compleja y diversificada, creando nuevas formas de relaciones sociales, a través de un proceso no exento de conflictos.

Las dimensiones políticas son presentadas por Claudio Panella, quien desarrolla el derrotero histórico de actores principales y de las medidas más importantes adoptadas por los sucesivos gobiernos. De esta manera, estipula la importancia que ha tenido la provincia en el devenir político del país, las tensiones entre el poder provincial y el nacional, y el nivel de impacto de las acciones del gobierno nacional en el ámbito provincial y viceversa. A su vez, analiza las características bipartidistas de la política provincial, subrayando el papel del peronismo como fuerza política predominante, y el radicalismo como una fuerza que sólo pudo ser mantenida en alianza con otras.

Oscar Aelo se inmiscuye en las dimensiones políticas del fenómeno del peronismo, sobretodo en su etapa formativa, a través de un estudio de crítica historiográfica. Analiza el abandono de la atención por parte de la Historia, del vínculo entre Perón y las masas. En este sentido, los estudios a escala provincial o local, han comenzado a hacer foco en las prácticas políticas de los dirigentes de segunda o tercera línea en el movimiento peronista. En diálogo crítico con esos estudios, busca desmentir la predominancia de dirigentes políticos provenientes del conservadurismo, estableciendo que sus componentes principales fueron sindicalistas y radicales, en su mayor parte hombres “nuevos”. A su vez, desmiente el presupuesto de que el Partido Peronista habría sido apenas una cáscara vacía, estableciendo su construcción al compás de marchas y contramarchas. En el caso de la provincia, esa diversa configuración se correspondió con dos grupos dirigentes sucesivos, que de manera conflictiva hicieron al peronismo, siendo ambos resultados de la lucha por el poder: el “mercantismo” como una tendencia representativa o democrática y el gobierno de Aloé, más verticalista. Por otro lado, la caída de Mercante, ha tenido interpretaciones muy personalistas, sin tener en cuenta ya en una temprana época las luchas ideológicas hacia el interior del peronismo.

Laura Lenci se embarca en la proyección de los rasgos centrales de la formación del Estado terrorista en la provincia. En este sentido, estipula que no puede pensarse el terrorismo de Estado desde una visión catastrófica, sino como un proceso que fue deviniendo de modo progresivo. En la provincia, la Policía se destacó por su capacidad para desarrollar circuitos represivos, adquiriendo características específicamente duras. En este sentido, se fueron articulando el aparato normativo de excepción, las prácticas que esa legislación habilitaba, y los corrimientos de las prácticas más allá de los nuevos límites que las leyes fueron estableciendo.

La etapa de la reconstrucción democrática es abordada por Marcela Ferrari, centrando el eje en las dimensiones políticas de los gobiernos provinciales y los partidos políticos, continuando con el análisis de las características bipartidistas aludidas por Panella. Buena parte del éxito del peronismo posterior a la recuperación democrática se habría fundado en el recambio de dirigentes con proyectos y perfiles que se iban ajustando a las demandas de la población, lo que fue posible dada la amplitud del abanico ideológico del movimiento. Así, del sindicalismo de derecha derrotado en 1983, se sucedió la renovación cafierista, y luego de ésta el liderazgo duhaldista, que sintetizó credenciales renovadoras y prácticas de patronazgo. En cambio, la UCR tuvo dificultades para hacer frente a los desafíos planteados por los años de dictadura, y además sus primeras líneas de dirigentes cambiaron poco. Así, se replegó a ser el “segundo” en cuestión, y cuando ya no pudo mantener ese lugar, inauguró una política de alianzas.

Adriana Valobra se encarga de analizar las dimensiones de la ciudadanía política de las mujeres en la provincia. Establece que desde principios de siglo XX, la participación política desde el sufragismo o desde la militancia sindical o cultural, constituye la única forma de actuación posible para las mujeres. Las dimensiones del ejercicio del sufragio y la vinculada con la representación, coinciden con los gobiernos peronistas. En esa época tiene lugar el despliegue de la movilización partidaria de las peronistas, con la contracara de la remisión de las opositoras. Un tercer momento, entre 1955 y 1983, estaría vinculado con el problema en los partidos de la fragmentación política, y a la vez el conflicto de la renovación generacional. Asimismo, la representación femenina, aunque habría menguado, se caracterizó por la heterogeneidad partidaria, y en ciertos sentidos la movilización se mantuvo y potenció. Con el regreso de la democracia se acrecienta esa movilización, y se reclaman nuevas dimensiones de la ciudadanía: los derechos sexuales, de identidad y reproductivos. En esa época se analiza el acceso a cargos de decisión institucional y el desarrollo de una política de la presencia con la ley de Cupo, donde las mujeres tienden a reproducir los modelos genéricos dicotómicos.

Marcelo Rougier ensaya un paneo general sobre la economía bonaerense. Así, se concentra en el modelo de industrialización por sustitución de importaciones y de un creciente intervencionismo estatal, los años de consolidación y redefiniciones de ese modelo, y el período de desindustrialización. El autor estipula que uno de los objetivos centrales en los dos primeros momentos, fue el de evitar la excesiva concentración de los grandes centros fabriles del conurbano bonaerense, de Mar del Plata y La Plata, estimulando el desarrollo de las economías regionales. En contraposición, la dictadura habría logrado el desplazamiento de las fábricas y la desconcentración regional de la industria, con el propósito de dispersar a los trabajadores, en pos de neutralizar el conflicto social.

Javier Balsa describe las dimensiones políticas y sociales del mundo agrario. Establece los derroteros del discurso agrarista, que habría sido sostenido desde la década de 1930 por los distintos gobiernos hasta la dictadura de 1976, cuando se fue borrando e imponiendo el modelo neoliberal. Por otro lado, se ocupa de trazar los cambios en la estructura agraria. Esta estructura se había consolidado, para comienzos del siglo XX, a partir del esquema de grandes propiedades, donde la mayoría de los agricultores no eran propietarios: iban desde los apareceros hasta los arrendatarios con buena situación económica. A lo largo de las décadas, los requerimientos de capital habrían desvanecido el ideal de los chacareros, debido a las políticas de liberalización.

Las dimensiones sociales de ese mundo agrario, sobretodo tomando el trabajo y las luchas sindicales como factores de análisis, han sin desarrolladas por Juan Manuel Villulla. Retomando el proceso de descomposición del viejo mundo chacarero antes descripto por Javier Balsa, el autor pone el foco de atención en el protagonismo que fueron adquiriendo los obreros rurales. A lo largo del siglo, éstos fueron sufriendo un fuerte proceso de dispersión, debido al descenso de su número y al proceso de expulsión de la mano de obra, lo que se vinculó con la “edad de oro” entre 1940 y 1960 de la mano de obra familiar y el avance de las nuevas tecnologías. A partir de la década de 1970, la crisis de la producción familiar, habría relegado en los obreros el trabajo rural, otorgándoles un conocimiento técnico que les facilitó la negociación salarial. No obstante, su dispersión y la tercerización del trabajo por empresas contratistas dificultaron su organización colectiva.

Alejandra de Arce propone una mirada de género sobre la familia chacarera bonaerense, revisando los significados y las prácticas en torno al trabajo rural familiar y femenino. Así se estipulan las condiciones de arraigo de la familia rural bonaerense y las estrategias ensayadas para evitar el éxodo rural urbano. En este sentido, las políticas y propuestas educativas agrarias que buscaban evitar el despoblamiento del campo, definieron para las mujeres una identificación con el hogar femenino. Así, fueron vinculadas a sus deberes familiares, sin poder concebirlas como productoras. La autora reconoce las dificultades del registro del trabajo femenino, ya que el trabajo en el área del peri-domicilio suele ser tomado como parte de las funciones domésticas. Sin embargo, los testimonios fotográficos y entrevistas que se muestran, otorgan visibilidad a las largas jornadas laborales de las mujeres en el campo

La experiencia cooperativa en ese mundo agrario es narrada por Graciela Mateo. La autora establece narra esta manera de desarrollo regional en la provincia, desde su expansión inicial, que coincidió con el proceso de colonización rural impulsado por diferentes corrientes migratorias. Luego, visita los impulsos del Estado provincial entre 1946 y 1955, que multiplicó las entidades e incrementó su participación en el total del negocio productivo. Prosigue con las políticas adversas de los gobiernos militares, sobre todo a partir del proceso de desregulación económica de la década de 1990. El recorrido termina con la nueva expansión de iniciativas que tienen lugar desde fines del siglo XX, presentes en la agenda pública de la provincia.

La industria pesquera y sus problemáticas sociales y laborales son abordadas por Agustín Nieto, a partir del recorrido histórico las tres ciudades-puerto de la provincia que más se han destacado: Mar del Plata, Quequén y Bahía Blanca. El autor realiza un ejercicio de visibilización, a pesar de la tendencia de la historiografía a no prestarle atención la dicha industria, o a poner el punto de interés de las ciudades pesqueras en el turismo. Sin embargo, al calor de la industrialización por sustitución de importaciones, la producción pesquera se transformó en una importante rama de la economía de la provincia. Así se analiza tanto las características sociales de la colectividad pesquera, como las luchas económicas y laborales, y las regulaciones por parte de las agencias estatales.

A lo largo de esta versión de la Historia de la provincia de Buenos Aires, muchas veces los autores desbordan los límites temporales propuestos, para retrotraer el desarrollo de las dimensiones sociales y económicas hacia las primeras décadas del siglo XX. Asimismo, algunos de los estudios llegan a recorrer las implicancias actuales de los sucesos históricos.

En la multiplicidad de trabajos, se plantean las especificidades de la realidad provincial poniéndolas en relación y en tensión con las vicisitudes a escala nacional. Se ha observado esa realidad como portadora de las expresiones más extremas y agudas del devenir nacional, que muchas veces adelantaron y ocasionaron los sucesos que luego tuvieron lugar a nivel nacional, como las prácticas de la Policía bonaerense al calor de la formación del Estado terrorista. Por otro lado, muchas veces las políticas avanzadas desde el nivel nacional, conllevaron la adaptación a nivel provincial, como la ley de Derechos Políticos de la Mujer y la ley de Cupo femenino. A su vez, se vislumbran las trayectorias de diferentes gobiernos y personalidades que se fueron acoplando al acontecer nacionales con estrategias diferenciales, como lo fue la tendencia democrática del gobernador Mercante.

Bibliografía

Devoto, F. & Pagano N. (2009). Historia de la historiografía argentina. Buenos Aires: Sudamericana.

Ferrari M. & Quiroga N. (2011). Historias políticas de la provincia de Buenos Aires. La Plata: Publicaciones del Archivo de la provincia de Buenos Aires.

Romero, L.A. (2011). “Prólogo”. En Ferrari M. y Quiroga N. (Comps.). Historias políticas de la provincia de Buenos Aires (pp. 7-9). La Plata: Publicaciones del Archivo de la provincia de Buenos Aires.

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