RESEÑAS/REVIEWS
Patricio Simonetto
CONICET- Centro de Estudios en Historia, Cultura y Memoria (Universidad Nacional de Quilmes), Argentina
patriciosimonetto@gmail.com
Cita sugerida: Simonetto, P. (2016). [Revisión del libro La revolución sexual de nuestro tiempo: el discurso médico anarquista sobre el control de la natalidad, la maternidad y el placer sexual. Argentina, 1931-1951 por N. Ledesma Prietto]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 16(2), e030. Recuperado de http://www.anuarioiha.fahce.unlp.edu.ar/article/view/IHAe030
Nominar una investigación es siempre un acto riesgoso y selectivo. Es parte del esfuerzo por resaltar los límites potenciales de nuestra indagación, la particular forma de enfocarlo y su ubicación espacio-temporal. También como todo acto metonímico opaca en parte el proceso de elaboración y las vastas redes que se extienden más allá del enunciado, los caminos desde los cuales se puede arrojar luz sobre procesos no apelados en el nombre.
El reciente libro de Nadia Ledesma Prietto demuestra como un interés particular, el discurso de los médicos anarquistas, posibilita repensar a numerosos actores, temporalidades y metodologías que no pueden retenerse en la titulación. Con la hipótesis general de que la consolidación del pensamiento eugenésico anarquista local propuso una narrativa sobre la sexualidad femenina que reconocía su capacidad de gestar y sentir placer sexual sin mediarlo con la reproducción como último destino; la autora replantea el mapa de las ciencias de la salud, sus coordenadas políticas y culturales.
La edificación de una genealogía del relato ácrata sobre lo que hoy llamamos derechos sexuales y (no) reproductivos, la natalidad, la maternidad y el placer sexual, cumple el desafío de reestructurar las nociones historiográficas clásicas sobre el anarquismo, el socialismo, sus cruces con las sociedades de galenos, la eugenesia y la cultura católica. Resultado que además se obtiene aportando estrategias metodológicas apreciables para aquellos interesados en reconstruir los circuitos por los que circulan los discursos y sus apropiaciones.
El reconocimiento de locuciones anarquistas desde los años 30’ responde en parte a la pregunta sobre la migración de estas ideas tras su desplazamiento del mundo obrero. La autora observa un segundo ciclo en la agencia histórica del anarquismo ampliado barreras temporales que transgreden el objeto de la historia del trabajo. Su observación sobre la interpretación disruptiva que estos médicos hicieron de la eugenesia atisba un golpe a los enfoques que solo ven en este clima intelectual un inmutable dispositivo de control, como así también, señala que dentro de sus capacidades gestaron una agenda político-cultural que consideró el derecho de las mujeres a ejercer la soberanía sobre sus propios cuerpos.
La autora nos invita a repensar otra verdad casi implícita, la creencia de que para la agenda de las izquierdas la sexualidad no fue un espacio de intervención política hasta los sesenta. En el texto subyace una crítica a estas narrativas. Al reposicionar el uso del término Revolución Sexual, el desglose de la sedimentación histórica y sus sentidos, desbarranca la premisa de las narrativas vislumbran la irrupción de esta agenda en las décadas del sesenta y setenta como una mera recepción del clima internacional. Lo que nos invita a pensar las prácticas discontinuas, las apropiaciones ambivalentes de esta mixtura entre política y sexualidad en una relación tensa entre las circulaciones trasnacionales y las tradiciones locales.
La ubicación de este nudo problemático entre el discurso ácrata y la eugenesia supedita dos coordenadas a la historiografía local: una temporal y otra relacional. Aunque este resulta interesante porque re direcciona el abanico de periodizaciones posibles para ambos movimientos, al primero porque lo reubica en el dialogo político y al segundo porque se torna más heterogéneo, el texto cuenta con la debilidad de obviar en alguna medida los estrepitosos diálogos políticos que advienen con la emergencia del peronismo clásico. La búsqueda de un enfoque historiográfico que evite el Estado-centrismo de los enfoques locales corre el riesgo de obviar el impacto y el dialogo con un movimiento que aunque ligado al Estado tuvo también un sustrato político cultural frente al cual los galenos no fueron impermeables.
Aunque la autora cuestiona las clásicas narrativas de la eugenesia, los preocupados por los discursos médicos tenemos siempre el riesgo de dejar entre paréntesis los procesos políticos, los cambios entre regímenes estatales y sus implicancias.1 Aunque la autora no obvia a los mismos el texto evita prácticamente estas interconexiones preponderando otras.
La revolución sexual de nuestro tiempo aporta a la construcción de herramientas metodológicas en el entrecruce del análisis crítico del discurso, los estudios de género y la práctica historiográfica. La autora no sustrae la fuente sino que intenta hilvanar cada término a su contexto, observa las relaciones con otros actores, la capacidad de circulación y la apropiación por parte de culturas especificas en lo usos que dispusieron a los términos disponibles. El libro reconstruye el abanico de recursos con el que contaban los actores, aquello que se podía enunciar, estableciendo la relación entre médicos católicos, cientificistas, socialistas, feministas y anarquistas.
La pregunta sobre cómo se construye el orden social del discurso, de qué manera actores de un mismo campo con distintas capacidades y jerarquías, consensuan y se prestan argumentos, permite observar la heterogeneidad cultural de un mundo científico. El énfasis sobre las convergencias y divergencias que estos galenos podían presentar frente aspectos como la anticoncepción, la prostitución o el matrimonio nos brinda un panorama de las fronteras porosas entre estos grupos. Categorías clásicas como izquierda y derecha dejan de ser estables cuando se observa que discursos disruptivos o alternativos pueden tanto rechazar como consensuar con los dominantes. Este libro brinda herramientas para observar cuales son las palabras disponibles de los actores y qué hacen ellos con estas, posicionar su registro en la trama cultural que afecta y es afectada por sus actores.
La pregunta en torno a cómo un discurso se torna dominante borroneando al resto, subsumiéndolo o neutralizándolo y la atención sobre los procedimientos lingüísticos colaboran con su objetivo. No es un encadenamiento de categorías cómodas de análisis sino una utilización ajustada a su búsqueda. Aquellos interesados en reflexionar sobre las culturas políticas de izquierdas o derechas, la historia de las sexualidades, podrán leer con atención en la ubicación cuidadosa de estas micro fibras del discurso una sólida apuesta teórica que permite potenciales caminos para otros objetos.
Por último, este texto no torna difuso su lugar de escritura. Es un aporte a la reflexión sobre la agencia positiva por los derechos sexuales y (no) reproductivos. Una invitación a pensar otros argumentos posibles para incidir en el debate, siempre arduo, sobre el legítimo derecho soberano de las mujeres sobre su cuerpo. Lo que reafirma la invitación a su lectura.
1 En torno a estos debates recomiendo la lectura de Traverso, E. (2012) Cap. VI “Biopoder. Los usos historiográficos de Michael Foucault y Giorgio Agamben” en La historia como campo de batalla. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
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