Anuario del Instituto de Historia Argentina, mayo-octubre 2020, vol. 20, n° 1, e116. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Historia Argentina y Americana

Reseñas

Bjerg, María (2019). Lazos rotos. La inmigración, el matrimonio y las emociones en la Argentina entre los siglos XIX y XX. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes. ISBN: 978-987-558-590-4

Patricio Simonetto

Universidad Nacional de Quilmes/CONICET, Argentina

Cita sugerida: Simonetto, P. (2020). [Revisión del libro Lazos rotos. La inmigración, el matrimonio y las emociones en la Argentina entre los siglos XIX y XX por M. Bjerg]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 20(1), e116. https://doi.org/10.24215/2314257Xe116

Lazos rotos es la síntesis de una investigación pionera en un campo escasamente abordado en Argentina como es la historia de las emociones. Al igual que en todo el conjunto de la obra de la historiadora María Bjerg, se da aquí también una escritura considerada con el lector que apuntala los potenciales de la narración histórica, hilvana vidas pasadas con importantes reflexiones teóricas y metodológicas centrales, para quien esté interesado, en hacer legible las formas pasadas de experimentar y practicar las emociones.

Este libro aborda las experiencias emocionales de matrimonios jironados a lo largo del atlántico en el periodo de la migración masiva en la Argentina. Bjerg revela como el proceso de migrar rompía con los trascursos esperados para el amor y obligaba a los participantes a re-significar el vínculo, poniendo en juego culturas y repertorios emocionales dispares marcados por territorios y experiencias sociales disimiles.

En contraste con aquellas narraciones épicas de los migrantes que valorizaron el amor familiar o la nostalgia como elementos positivos para explicar las prácticas móviles o la persistencia de comunidades imaginarias que mantenían unidas a las familias, la autora destaca que emociones socialmente consideradas negativas como la venganza, el odio y el resentimiento jugaron un papel sustantivo y fueron reinterpretadas en largos viajes, en particular, cuando la vida separada daba lugar a la bigamia o el adulterio.

Este libro es capaz de hacer converger las escandalosas expresiones de ira o venganza que dejaron huellas en expedientes judiciales con una prolífera biblioteca de lecturas con las que María Bjerg demuestra la potencia de las emociones para articular y ser articuladas en tiempos y espacios determinados. Leyendo los rastros de los conflictos propios de amores perturbados, las emociones se hacen presentes más allá de las prescripciones sociales, se entretejen en universos sociales cuidadosamente estudiados y revelan la dinámica centrifuga y centrípeta que define las fronteras emocionales de los actores sociales.

A riesgo de sobre-interpretar, el uso preciso de categorías permite entrever como estos y estas migrantes pusieron en juego lenguajes y semánticas emocionales, gestionaron las expresiones de estas sensaciones de forma situada. Este libro nos plantea que las emociones no son entidades monolíticas construidas desde arriba con el objetivo de mesurar el cuerpo, tampoco son entidades externas/internas a un cuerpo neutro, sino que, por el contrario, están siempre abiertas a un juego limitado en el que se mezclan las herencias culturales, la información sesgada y lo imprevisto en repertorios cambiantes que son aceptados o rechazados por sus usuarios. Las emociones se construyen, se gestionan y se navegan.

Lazos rotos nos provee también un rico subtexto para entender el código de amor heterosexual en la Argentina. Nos propone un registro en el que se torna visible las formas afectivas y las violencias que lo conformaron, como también, las manifestaciones extremas en las que se experimentó físicamente las reglas de este amor. En el libro de Bjerg, el amor deja de ser una mera representación y lazo contractual para abrir camino a escenarios en los que los acontecimientos activan emociones y despliegan prácticas corporales que transgreden lo esperado.

De estas violencias cotidianas y a veces desbordantes es que Lazos Ratos coloca al cuerpo en el centro de la historicidad de las emociones. De este modo las puñaladas en el cuerpo de una víctima de uxoricidio se tornan en el registro para reconstruir las condiciones de posibilidad, las nociones del honor masculino y las emociones puestas en juego en el asesinato. En la obra de Bjerg el cuerpo trasciende toda pretensión binaria, no es ni sujeto incontrolable ni objeto de las emociones, es un estado de manifestaciones constantes y cambiantes en las que se ponen en juego registros y prácticas que dialogan con culturas y poderes de género, clase y etnicidad.

En términos metodológicos el libro tiene al menos dos grandes potenciales. El primero, está asociado al juego de escalas que acompañan las trayectorias de una vida social porosa en la que los conventillos, las oficinas de la justicia, el lecho matrimonial y la calle se interconectan y nos presentan texturas de la vida social. Este procedimiento permite entrever las dimensiones sociales de las distancias al otorgar una potencia relevante al rumor como mecanismo de vigilancia y control, pero también, como condición de posibilidad para activar emociones alteradas, viajes inesperados y deseos de justicia. Es decir, el sutil modo en que se nos narra los pasos por distintos espacios y circulación de información revaloriza elementos de la vida cotidiana que operaron y fueron centrales para la interpretación de esos registros emocionales.

En segundo lugar, la utilización de documentos como las fuentes judiciales, las cartas y las fotografías tienen un espacio relevante en el libro. No se trata de una lectura positiva de los documentos, sino que procura entrever desde los rastros de prácticas la red semántica de emociones que pudieron estimular o potenciar aquellos actos. La apuesta mitológica de María Bjerg reúne lo mejor de las tradiciones de la historia social para abordar documentos polisémicos en los que se ponen en juego registros de poderes y culturas dispares. No es casual que la historiadora siga apostando a una narrativa que desdibuja los géneros tradicionales de la literatura académica y artística, con la que lejos de perder rigurosidad científica, es capaz de retratar los mapas de sentidos, las materialidades y experiencias opacas que se despliegan en cada centímetro de sus documentos.

En este sentido, creo que el enfoque que el libro nos propone es un aporte destacado no solo para la historia de las emociones, sino para el entendimiento de los sujetos de la historia misma. Lazos rotos navega contra el sentido común historiográfico que ha colocado en la agencia del sujeto el fin último de la explicación a riesgo de narrarles como seres humanos transparentes, plenamente racionales y orientados por lógicas de solidaridad (o discordia) siempre pre-establecidas. María Bjerg nos propone una interpretación abierta a la conjetura, en el que se traslucen, sujetos impuros que se interseccionan con el género, la clase y la etnicidad, pero que navegan y expresan emociones que los vuelven inestables, improbables y muchas veces explosivos. Lazos rotos es una invitación a vislumbrar también los desvíos como elementos constitutivos de la norma de los sujetos, a afinar nuestras herramientas para ver las siempre múltiples y complejas tramas que habilitaron las prácticas a lo largo del tiempo.

Los y las lectores/as de lazos rotos se embarcarán en una agenda de investigación fructífera, en una fuente para generar nuevas preguntas con las que revisitar nuestro pasado. Considero que en retrospectiva es un libro edificado para consolidarse como un clásico de nuestra narrativa nacional y que expresa sin dudas, el inconmensurable valor de una generación de historiadoras que no ha dejado de estimular la agenda de las generaciones futuras de investigadores.

Recepción: 19 marzo 2020

Aprobación: 01 abril 2020

Publicación: 11 mayo 2020

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