Anuario del Instituto de Historia Argentina, mayo-octubre 2019, vol. 19, n° 1, e093. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Historia Argentina y Americana

Reseñas

Bartolucci, Mónica Inés (2017). La juventud maravillosa. La peronización y los orígenes de la violencia política. 1958-1972. Sáenz Peña: EDUNTREF. 274 páginas. ISBN: 978-987-4151-25-4.

Andrés Nicolás Funes*

Instituto de Altos Estudios Sociales, Universidad Nacional de San Martín, Argentina

Cita sugerida: Funes, A. N. (2019). [Revisión del libro La juventud maravillosa. La peronización y los orígenes de la violencia política. 1958-1972 por M. I. Bartolucci]. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 19 (1), e093. https://doi.org/10.24215/2314257Xe093

Mónica Inés Bartolucci, es doctora en Historia por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Nacida en Mar del Plata, realizó sus estudios de grado y posgrado en Historia en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Además de ser codirectora del Centro de Estudios Históricos (CEHIS), docente del Área Metodología del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNMDP y directora del Proyecto de Investigación “Libertad y orden, modernización y revolución a través de la categoría de juventud, 1955-1976”, es también autora de artículos en prestigiosas revistas académicas.

En La juventud maravillosa, Bartolucci busca comprender el proceso de acercamiento de la juventud al peronismo, así como también su posterior conversión revolucionaria entre finales de los cincuenta y principios de los setenta, poniendo el foco en un grupo de estudiantes de la ciudad de Mar del Plata. Estudiar ese conjunto de trayectorias juveniles, sostiene la autora en el prefacio de su libro, permite recuperar los diferentes momentos por los que atravesó esa comunidad militante entre 1958 y 1972. Bartolucci discute que ese proceso de identificación de la juventud con el peronismo haya sido lineal o, incluso, sólo aplicable a una cultura de izquierdas. En este sentido, encuentra que fueron múltiples las razones que dinamizaron aquel proceso y que derivaron en la movilización y posterior radicalización de los jóvenes en los años setenta. Como la propia autora declara expresamente en su introducción, se trata de ofrecer una mirada menos romantizada y optimista respecto a la relación entre juventud, peronización y violencia política.

El libro está dividido en ocho capítulos, en los cuales se intercala un agudo análisis de documentos –informes policiales secretos, prensa local y nacional-, fuentes orales –entrevistas a militantes marplatenses- y material bibliográfico. En el primero de estos se intenta una suerte de contextualización del periodo de estudio, poniendo especial atención en la juventud. A este respecto, por ejemplo, se aborda el acercamiento que Perón tuvo para con los jóvenes en su periodo de exilio y las repercusiones que generó la irrupción del “Mayo Francés” en la Argentina a finales de los sesenta. Luego, el capítulo dos examina los ecos que tuvieron las manifestaciones suscitadas por el conflicto “laica o libre” de 1958. Si bien por aquellos años Mar del Plata no contaba con una universidad –ella fue creada por el Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires en octubre de 1961-, las luchas fueron protagonizadas por estudiantes de los colegios secundarios más numerosos de la ciudad balnearia. Alzando sus voces con argumentos contrapuestos, las plazas y calles de Mar del Plata fueron invadidas por alumnos, profesores y padres. Según Bartolucci, para 1961 se pueden vislumbrar los primeros acercamientos de la juventud al peronismo mediante el filón del nacionalista. Sin embargo, aclara inmediatamente la autora, aún en esos años no era posible apreciar con claridad su costado político.

El tercer capítulo se aboca al inicio del proceso de peronización de la juventud en los primeros años sesenta. Según la historiadora, las dinámicas electorales, las filiaciones personales, los consumos culturales y los sentimientos de rebeldía dieron ímpetu a aquel proceso. En una comunidad pequeña como la marplatense la represión derivada del Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), aunado con la persecución y clima de censura luego de las elecciones de 1962, trazaron líneas de acercamiento entre la izquierda y el peronismo. Algo similar sucedió desde el otro espectro político: los sectores nacionalistas de derecha comenzaban también a relacionarse con el movimiento liderado por Perón. En el capítulo cuatro se examinan las prácticas juveniles que comienzan a ser noticia a principio de los sesenta: la conformación de barras o pequeñas bandas que usualmente violaban la ley y eran protagonistas de peleas callejeras. Aunado con la seducción de las armas que la autora encontró en sus entrevistados, estas prácticas le permitieron señalar lo estrecha que era la línea que separaba el delito de la política en medio de un clima de inestabilidad, prohibiciones y proliferación de lenguajes violentos.

El quinto capítulo se centra en las características que tuvo la movilización de estudiantes al crearse la universidad en 1961 y la reacción que aquella generó en las autoridades marplatenses. Amparándose en informes desclasificados de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), Bartolucci muestra que el proceso de politización de la, por aquel entonces, Universidad Provincial de Mar del Plata estaba siendo seguida muy de cerca por los servicios de inteligencia estatales. Posteriormente, el capítulo siguiente, el sexto, se centra en el itinerario personal y el ethos combativo de un estudiante universitario en particular, Mario, a partir del cual explica el acercamiento masivo de los estudiantes a la militancia al calor de los acontecimientos de la Argentina de finales de los sesenta. El derrotero personal de Mario, a su vez, permite a Bartolucci ahondar en las estrategias que militantes destacados del ámbito local siguieron a los fines de extender las redes de la izquierda peronista al interior de la universidad.

La violencia es la protagonista del capítulo siete. Enmarcado en el clima violento de asesinatos políticos –Augusto T. Vandor en 1969, Pedro E. Aramburu y José Alonso en 1970-, la autora reconstruye el crimen en Mar del Plata de la estudiante Silvia Filler en diciembre de 1971. Aquel asesinato perpetrado por integrantes de la derechista Concentración Nacional Universitaria (CNU) pude ser considerado, asegura Bartolucci, como el comienzo de un periodo muy violento. Finalmente, el octavo capítulo se centra en la expansión local de organizaciones armadas nacionales como las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Montoneros y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), poniendo el foco en las trayectorias de tres militantes marplatenses.

Uno de los principales méritos del trabajo de Bartolucci es sortear con éxito el espinoso problema que supone para las ciencias sociales la memoria y la historia oral. En tanto toda reconstrucción de hechos pasados utilizando la evocación de actores involucrados puede llevar a transformar esos recuerdos personales en hechos históricos, no tomando en consideración las sedimentaciones que operan sobre esas remembranzas, se precisa establecer, como muy bien hace Bartolucci, una distancia crítica con la palabra de los entrevistados.

Otra virtud a destacar en La juventud maravillosa es la de ofrecer un análisis “extracéntrico” del proceso de peronización y radicalización política de la juventud entre finales de los cincuenta y principios de los setenta. Si bien los análisis del surgimiento del peronismo en el interior del país son una constante desde los años noventa, no sucede lo mismo con la intensa movilización y acercamiento al peronismo de la juventud. En otras palabras, han escaseado las investigaciones orientadas a analizar las agitadas décadas de los sesenta y setenta desde la óptica juvenil en el interior del país. El trabajo de Bartolucci, en este sentido, contribuye a saldar esta deuda historiográfica.

En definitiva, se trata de un trabajo bien documentado, expuesto de una manera clara y concisa, que arroja luz sobre una arista ensombrecida del proceso de radicalización de la juventud en los sesenta y setenta: el espacio local. Sin dudas, el trabajo de Bartolucci se erige como un antecedente de peso para posteriores análisis que pretendan continuar desentrañando aquellos agitados años en los cuales existía, para decirlo con palabras de Perón, una “juventud maravillosa”.

Notas

* Politólogo (UNR), magister en Ciencia Política (IDAES-UNSAM) y becario doctoral en Ciencias Sociales (UBA). Su tesis de doctorado versa sobre las transformaciones en la tradición peronista en los primeros años sesenta. Es, además, adscripto ad honorem en la cátedra de Teoría Política III en la carrera de Ciencia Política, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario.

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